Revista PROPUESTAS EDUCATIVAS

VOLUMEN 4, Nro. 8 / JULIO-DICIEMBRE 2022

ISSN: 2708 – 6631 / ISSN-L: 2708 - 6631 / Pp. 71 - 84

www.propuestaseducativas.org

Biocentrismo Igualitario

Egalitarian Biocentrism

 

Lenin Byron Mendieta Toledo

lenin.mendietatug.edu.ec

ORCID: 0000-0002-8385-898X

Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador

Artículo recibido en abril 2022, arbitrado en mayo 2022, aceptado en mayo 2022, publicado en julio 2022

RESUMEN

La filosofía siempre está cuestionando lo establecido, siempre le encuentra la pregunta a la respuesta, es por ello por lo que Gadamer manifiesta que el discurso es una interpretación de una interpretación infinita y siempre existirá el ¿Por qué? El objetivo del ensayo fue establecer nuestra postura frente al Biocentrismo igualitario. Realizamos algunas revisiones documentales y establecimos un diálogo y crítica de los planteamientos. Concluimos que el Biocentrismo es una teoría eurocéntrica que se practica en nuestra filosofía indígena desde antes de la colonia, nuestra postura es que el defender la biodiversidad es una obligación y una necesidad del hombre como un gesto de gratitud para con la naturaleza, que la filosofía del Sumak Kawsay es aquella que establece el cuidado que debe realizar el hombre con nuestra Pachamama.

 

Palabras clave: Biocentrismo igualitario; ética; Sumak Kawsay; Pachamama

 

ABSTRAC

Philosophy is always questioning what is established, it always finds the question in the answer, which is why Gadamer states that discourse is an interpretation of an infinite interpretation and there will always be a Why? The objective of the essay was to establish our position against egalitarian Biocentrism. We carried out some documentary reviews and established a dialogue and criticism of the approaches. We conclude that Biocentrism is a Eurocentric theory that has been practiced in our indigenous philosophy since before the colony, our position is that defending biodiversity is an obligation and a need for man as a gesture of gratitude towards nature, that the philosophy of the Sumak Kawsay is the one that establishes the care that man must carry out with our Pachamama.

 

Key words: Egalitarian biocentrism; ethic; Sumak Kawsay; Pachamama.

 

 

INTRODUCCIÓN

Nos centramos en el Biocentrismo como aquella palabra que desde ya genera pulsiones y abordamos el significado profundo de esta “defender la biodiversidad” la cual surge como contra postura al antropocentrismo, propone que “todas las formas de existencia poseen la misma relevancia y no como siempre se había creído, que la humanidad era el eje de la vida” (Definiciona.com, 2021). Partimos del hecho que es una palabra polisémica que se estudia en el plano filosófico, de las ciencias medioambientales y en la astrobiología. Proviene de las voces griegas βιος (bios), que quiere decir vida y κέντρον que significa centro, es a partir de la década de los setenta del siglo pasado que se empieza a argumentar una postura moral de respeto igualitario hacia todos los seres vivos.

El Biocentrismo defiende la madre naturaleza del injusto trato y las violaciones que el ser humano le da a esta, para ello tomamos en cuenta las cosmogonías indígenas latinoamericanas, en particular la cosmovisión de la Pachamama y el respeto que muestran nuestros padres indígenas a la tierra a la cual le dan ese valor ecológico y la relación de la Pachamama y el pensamiento de nuestro entorno natural, para ello tomaremos el pensamiento de Silvia Rivera que considera que esta (la Pachamama) es la que engendra la vida y la protege (Rivera Cusicanqui, 2018).

Si decimos que el Biocentrismo es aquella filosofía que defiende la igualdad y el respeto en los seres vivos, entonces acudimos al libro génesis (Santa Biblia. Versión Reina Valera 1960, 2009) para desde una postura poco gregaria sostener que allí ya se veía el antropocentrismo de Dios, también tomamos a San Agustín el cual en el sermón 43 argumenta que en la relación entre saber y creer, razón y fe se “comprende para creer y cree para comprender”, luego, el ser es un ente situado por la verdad de la existencia de las cosas, el mismo que desde su egocentrismo se considera el único que tiene carácter biológico y social con lo cual se aleja del resto de las cosas creadas, así para San Agustín también los árboles y las piedras le deben a Dios ser lo que son (citado en Chávez Aguilar, 2017).

En el plano filosófico se constituye en una corriente o doctrina que se sujeta a la ética normativa, en donde a su vez se ancla en las teorías de la virtud, del deber y de la consecuencia; así también, se sujeta en la ética aplicada. Esta doctrina nos permite colegir que el hombre que es persona humana (Rielo, 2012) no está por encima de los otros seres vivos dentro de la creación ni es el centro de esta creación, partiendo claro está del creacionismo[1] (Ludin & Rosental, 1959, p. 91).

Arne Naess, sostiene que el Biocentrismo tiene que gestarse desde una “Ecología profunda” con lo cual se logró que muchos movimientos ambientalistas se identificaran. Para el noruego, la ecología no se tiene que limitar al lugar que el hombre ocupa en la naturaleza, sino que esta debe ser global, en donde todas y cada una de cuantas partes integran la propia naturaleza, todas estas partes a las que hace referencia Naess deben ser respetadas de forma igualitaria y siguiendo el orden natural de cada una de ellas, debe emerger del valor intrínseco que poseemos los seres humanos (Speranza, 2006).

Dentro de las ciencias medioambientales, se toma esta palabra Biocentrismo como la antítesis al Funcionalismo en el que todos los elementos que conforman una sociedad tienen funciones particulares que son significativas para el desarrollo y armonía de la cultura de una agrupación social determinada (Malinowski, 1984), tanto el Biocentrismo como el funcionalismo como conceptos antagónicos, permiten el estudio de aquello que concierne a la gestión del medio natural y para ello se han creado disciplinas como la Ecología de Sistemas y Ecología de Poblaciones.

Queremos abrevar conceptos y postulados del Biocentrismo (aunque por la temática parecería estar alejado del contexto) que manifiestan que la muerte no existe y que la realidad continúa en otros planos o dimensiones, analizamos el planteamiento de que en el mundo cuántico la realidad es más extraña de lo que parece y nada funciona como creemos que lo hará, ni siquiera, la muerte (Milenio Digital, 2020). Si la muerte no existe, entonces existe la secuencia de la vida después de la llamada muerte o resulta que somos unos aprendices de nuestras vidas pasadas y que estos seres que vivieron antes que nosotros somos nuestros maestros (WEISS, 2011).

Dialogaremos en la medida de nuestras reservas cognitivas con los autores de todos estos conceptos y postulados y presentaremos nuestras posturas en forma de conclusiones inconclusas y nos someteremos a la crítica.

Desarrollo

Nos centramos en el Biocentrismo como aquella palabra que desde ya genera pulsiones, la cual significa “defender la biodiversidad” del yo humano que es el único ser viviente en la tierra que le hace daño a nuestra Pachamama. Nuestro comportamiento en relación con el trato que le damos a la naturaleza y a las violaciones que ella sufre de nuestra parte, es un cuestionamiento moral que nos interpela en minutos lúcidos de endoconciencia (Mendieta, Pilay, & Valenzuela, 2020).

La palabra Biocentrismo proviene de las voces griegas βιος (bios), que quiere decir vida, y κέντρον que significa centro, el planteamiento de que “todas las formas de existencia poseen la misma relevancia…” (Definiciona.com, 2021), viene a romper la idea hegemónica del hombre como ser superior, advierte que coexistimos en un mundo y que el respeto a todos los entes que habitan el planeta es la premisa para este cohabitar. Esta idea de igualdad y respeto surge a partir de la década de los setenta del siglo pasado, en donde se empieza a argumentar una postura moral de respeto igualitario hacia todos los seres vivos.

Defender la biodiversidad o la naturaleza o nuestra Pachamama, como queramos decirle a la tierra y sus seres vivientes (y no vivientes) de nosotros, es una tarea muy difícil de realizar debido al egocentrismo en el que vivimos, un egocentrismo instaurado por la colonia en nuestro caso latinoamericano, los cuales desde su más desvergonzado eurocentrismo consideran (desde Descartes) que primero es Europa y después el mundo, ese pensamiento nos lo enseñaron y acuñaron durante la colonia y perdura en nosotros que decimos primero soy yo, luego mi familia, mis amigos, ciudad, país, región y por último el mundo.

La biodiversidad es la corriente que navega en aguas antropocéntricas y propone que “todas las formas de existencia poseen la misma relevancia y no, como siempre se había creído, que la humanidad era el eje de la vida” (Definiciona.com, 2021). El antropocentrismo es una palabra compuesta que proviene del griego ánthropos, que significa hombre, y kentron, centro. Según esta corriente eurocéntrica que es el antropocentrismo, el ser humano es el centro del universo, ya no es únicamente Dios como en la época medieval en donde la religión hizo creer al mundo que todo en el mundo estaba sujeto a un ser omnipotente y omnipresente, sin embargo, la religión para no quedarse fuera del círculo de poder y dominio sobre el hombre se adhiere y lidera la nueva corriente antropocéntrica (el sistema bíblico-ptoloméico cimentó las bases del antropocentrismo) argumentando que el hombre es un ser superior sobre el resto de especies y es de naturaleza divina, la tierra es el centro del universo y fue creada por Dios para el hombre (Rosental & Iudin, 1946, p. 15).

Reyes (2019) sostiene que para que se pueda materializar el sistema ético del deber (que dista del imperativo categórico) es preciso es reconocimiento público al valor que daca ser vivo posee como un derecho inherente de cada uno, es preciso también que se presenten manifestaciones y acciones de parte de ser humano en torno a ¿cómo le doy ese valor a cada cosa?, para Reyes el respeto del hombre a un ser vivo es un acto moral íntimo y último, para ello es menester que realicemos el ejercicio diario de tasar o valorar en su justa medida a cada cosa o ser viviente, es necesario adquirir una capacidad estimativa sin contentarse con percepciones, análisis y explicaciones sobre el objeto o ser vivo a valorar.

Reyes (2019) aclara           que es preciso delimitar que, pese a ser el hombre quien reconoce el valor existente en cada ser vivo (incluido él), este ejercicio de valoración no se traduce a un llano otorgamiento de valor, sino que en más bien una toma de conciencia de este como sujeto que ocupa un espacio en la tierra y que esta es cohabitada por otros seres vivos. El Biocentrismo según Reyes (2019) “se reconoce el error presente en el acto de asumir que los seres vivos no humanos no son por sí valiosos” (p. 16). Taylor (2005) plantea que cada ser vivo en el mundo tiene un valor que está presente en él y que el hombre desde su subjetivación sesga el valor del otro ser vivo ajustándolo a sus requisitos previos valorativos e intereses particulares y temporales.

La madre naturaleza recibe un trato por demás injusto de nuestra parte, al menos de la mayoría de los seres humanos que habitamos el planeta. Existen, sin embargo, cosmogonías indígenas latinoamericanas que emiten una concepción de respeto profundo a la naturaleza como la dadora de vida, en particular la cosmovisión de la Pachamama y el respeto que muestran nuestros padres indígenas a la tierra a la cual le dan ese valor ecológico y la relación de la Pachamama y el pensamiento de nuestro entorno natural. Reyes (2019) señala que para en nuestras culturas ancestrales la tierra es la madre de los hombres y la madre biológica su segunda madre como extensión de la tierra, Pachamama es un ser viviente universal de donde se sujetan las otras vidas (citado en Fernández, 2017).

Rivera Cusicanqui (2018) nos proponen descolonizar nuestra mirada y desarrollar un pensamiento propio localizado en el pensamiento sur andino, es decir, entramar una episteme emergente en donde el respeto a nuestra Pachamama es la tarea, para Silvia en este momento histórico de crisis planetaria, el Pachakutik (cosmogonía aymara) es preciso para que exista una renovación profunda del ser, una inflexión en donde realicemos esa curva necesaria a nuestro pensamiento positivista eurocéntrico y retomar el pensamiento ancestral de nuestros padres indígenas en donde el respeto a la Pachamama es fundamental para revitalizar la tierra y al hombre.

En quechua el sumak kawsay es el "pensar bien, sentir bien para hacer bien con el objetivo de conseguir la armonía con la comunidad, la familia, la naturaleza y el cosmos" esta filosofía es una práctica social del pueblo de Sarayaku en la Amazonía ecuatoriana. Esta es la filosofía que nuestros ancestros indígenas nos enseñaban y en la filosofía eurocéntrica se llama Biocentrismo (que recién inicia en los 90 del siglo pasado), los hombres somos un elemento de la Pachamama y ella nos da (Viteri, 2003).

Acercándonos un poco a lo teológico, vemos que en capítulo 1 del Génesis:

25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.; 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.; 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.; 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. (Génesis 1: 25-26-27-28. Santa Biblia. Versión Reina Valera, 2009).

Así también en el capítulo 2 del Génesis se encuentra:

18 y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.; 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. (Génesis 2: 18-19. Santa Biblia. Versión Reina Valera, 2009).

Como podemos leer en estos dos párrafos con varios versículos del génesis, en el primer capítulo vemos que en el inicio de los tiempos (tomando la premisa de la creación divina) Dios creó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, era un espacio de la no violencia, de la armonía en donde el león jugaba con el cordero, es un constructo imaginario que muchas veces vemos en los librillos que nos dejan los misioneros o evangelizadores. Aquí Dios hizo a los animales según su género y también a las plantas, los ríos. Luego, Dios hizo “a su imagen y semejanza” al hombre para que señoree en los animales de la tierra y para sojuzgadla, entonces Dios hizo al hombre superior a los otros seres vivos de la tierra. En el segundo párrafo del Génesis Dios indica que creará animales para que ayuden al hombre, es decir, para que estén al servicio del hombre. Dios en una clara visión Teo-antropocéntrica crea al hombre y le da autoridad por sobre lo que, creado en la tierra, desde este punto el Biocentrismo (para los adeptos a la religión) debería dejar de tener asidero.

San Agustín afirma que todo lo que está en la tierra fue creado por Dios, luego, si Dios creó todo y para él todos somos iguales, entonces los árboles y las piedras, el agua y los peces, los animales no humanos y humanos son iguales y al ser iguales merecen el mismo respeto y por ello, menciona Chávez Aguilar (2017) “el Dios coordinó todas sus obras para un fin de hermosura” (p. 81). San Agustín enfatiza “Dios, es el creador de todas las cosas, conoce dónde y cuándo conviene o ha convenido crear algo, sabiendo de qué semejanza o desemejanza de partes ha de formar la hermosura del universo” (citado en Chávez Aguilar, 2017, p. 82).

Por lo mencionado, San Agustín nos convoca a ser parte activa de todas las cosas en una interrelación armónica y respetuosa con ellas, ser conocedores de las cosas que, aunque para nosotros los seres vivos humanos sean imperfectas, es en estas imperfecciones (juzgadas y subjetivadas por el sujeto) de los seres no humanos y no vivientes, se encuentra la perfección y hermosura del universo creado por Dios.

El Biocentrismo igualitario tiene como premisa la ética del sujeto, así, conocemos que ética proviene de las voces griegas ethikós que significa costumbre, hábito, carácter. Luego, es la doctrina sobre la moral, de los hombres; que rige el sistema de normas y reglas de conducta de las personas en su interacción con la sociedad y por supuesto entre sí; decimos que es una de las formas de la conciencia social (Diccionario filosófico, 2020). Para Cortina & Martínez (1996) es aquella que forja el carácter de los hombres; también se la considera como la disciplina que juzga el acto moral del sujeto (Cortina, 2000). Por lo mencionado, aquel sujeto que lleva su vida con ética podrá realizar sus acciones cotidianas con ética, pensando en que sus acciones pasan por un tamiz social y porque no decir natural.

Cuando hablamos de ética, esta es una palabra muy amplia, es por ello por lo que tomamos a la ética normativa para establecer los criterios que rigen la vida y acción del hombre en torno al respeto y ética con la naturaleza y con ellos estamos hablando de todo aquello que cohabita junto a nosotros en una sinergia planetaria. La ética normativa trata los problemas que dan sentido a la vida, así también estudia el destino del hombre y la acción de este en un juzgamiento entre lo que hace bien o mal, es aquí donde entra en juego el deber moral del sujeto. Es gracias a esta ética normativa que el hombre puede establecer las relaciones que se generan entre las cotidianidades del hombre y la conciencia moral del mismo o de una sociedad como conjunto de personas, que buscan cumplir un ideal moral (Diccionario filosófico, 2020, p. 155-156).

La ética normativa tiene encuentra asidero en las teorías de la virtud, Aristóteles (1984) define la virtud como la excelencia de la acción, así la virtud es la mejor acción que cada ser realiza por naturaleza, es el acto más conforme con su esencia. Para Aristóteles, “esta acción propia de cada ser que es la virtud es también el bien propio de cada ser, por tanto, la virtud es la excelencia de su parte esencial que es el alma” (citado en IES Rosario de Acuña, 2022).

Aristóteles (2005) señala que “la virtud moral es una disposición electiva, y la elección es una inclinación deliberativa -es menester que, debido a ello, el razonamiento sea verdadero y la tendencia, recta- si es que la elección es virtuosa- y que la una afirme y la otra persiga las mismas cosas”, al ser así el hombre en su libre albedrío decide desde una deliberación interna lo que hacer o no hacer (p. 183). Dentro del Biocentrismo “todas las formas de existencia poseen la misma relevancia” entonces desde esta teoría de la virtud, el hombre decide si se da un baño de humildad y se posiciona en línea recta junto a todos los entes vivos y no vivos, humanos y no humanos, ya que la virtud ética es un hábito, un ejercicio diario de reflexión y resignificación, una tarea de encuentro con la otredad y alteridad y no un don de la naturaleza con el que nace el hombre (Definiciona.com, 2021).

La ética del deber es una ética heterónoma, para Kan, no puede existir una ética que esté sujeta a condicionamientos externos, esta debe ser una pulsión interna, producto de la búsqueda de la endoconciencia del hombre quien práctica la ética del deber está condicionado a mirar antes a sus cuatro ángulos antes de actuar y eso es intereses a priori de la acción pulcra, sino que generalmente está asociada al sistema moral que cultural e intrínsecamente es impuesto en su sociedad o medio en que cohabita (citado en Malishev, 2014).

Kant sostiene que el deber es una acción a priori del sujeto, la cual debe ser el resultado de la idea de la razón, es decir, el deber tiene relación con la idea de la razón, con esto podemos afirmar que esta relación deber-idea-razón se encuentra en la realidad sensible. Al estar sujeto el deber a la razón, este a su vez nace de la buena voluntad (el libre albedrío para tener -o no- voluntad), la buena voluntad genera el querer y este querer cristaliza el deber y desde esta acción nace a su vez la ley moral. Para Kant la ley moral se genera en la relación de “entre la máxima moral subjetiva de la buena voluntad y el imperativo (categórico) objetivo de la razón pura práctica (citado en Laymi, 2010, p. 17).

La ética del deber y de la consecuencia son dos temas que no pueden estar separados, ya hablamos de la ética del deber ¿qué pasa con las consecuencias del deber? Desde la teoría ética del consecuencialismo, toda acción debe ser juzgada para determinar si está bien o mal el acto realizado, por supuesto tomando en cuenta los resultados de la acción (aquí vemos que se distancia del imperativo categórico), por citar un ejemplo: si vemos que un perro le hace juegos a nuestro hijo pequeño y él se divierte con ese ser vivo no humano, nosotros le daremos de comer y hasta unas caricias, por el contrario, si este mismo perro le ladra a nuestro hijo, nosotros le gritamos para que se aleje, incluso lo llegamos a agredir; en otro caso, muchas personas mentimos y solemos excusarnos que son mentirijillas piadosas, más radical es cuando al ladrón que quiere lastimarnos le mentimos para que no nos haga daño; sin embargo, estas acciones son correctas para el consecuencialismo.

El consecuencialismo se plantea y práctica desde el utilitarismo en donde se resalta que es correcto realizar el mayor bien para el mayor número de personas, en este caso tenemos por ejemplo la vacuna de la COVID-19, se obligó a vacunar a la población a pesar de ir en contra de principios constitucionales de algunos países que defienden la integridad de la persona y la libre determinación. En la constitución ecuatoriana existe otro caso que es que el interés general está por encima del interés particular entre seres humanos cuando estos se oponen entre sí (Asamblea Nacional, 2008).

En esto de ejemplificar la ética del deber y la consecuencia se encuentra un caso que lastima a nuestra madre tierra, en Ecuador se delimitó la explotación de petróleo en el oriente porque ir más allá de esas demarcaciones era atentar en contra de nuestro planeta, la idea era genial, sin embargo, cuando un presidente quiso chantajear a la comunidad internacional diciendo que si no le donaban unos cuentos de millones de dólares, él tendría que revertir el decreto y se empezaría a explotar en las tierras de la reserva ecológica más grande del país, aquí vemos entonces que existe una pseudo ética, es una ética heterónoma o más bien una ética del deber (generar riqueza al país) y las consecuencias que esto trae consigo al planeta (consecuencialismo y utilitarismo).

Arne Naess, sostiene que el Biocentrismo tiene que gestarse desde una La “Ecología profunda” en donde la ecología debe ser global y todas y cada una de cuantas partes integran la propia naturaleza deben ser respetadas siguiendo el orden natural de cada una de ellas, debe emerger del valor intrínseco que poseemos los seres humanos. Este Biocentrismo que propone Naess tiene como propósito el proteger al planeta en beneficio del planeta y dentro de él todos los que lo cohabitamos, dentro de su filosofía está la de los ecosistemas sanos, es como si de nuestro cuerpo se tratase ¿quién deseas estás enfermo? Pero ¿quién previene su buena salud? Si tenemos estilos de vida sedentarios y hábitos alimenticios tóxicos, seguro que por más que estemos con las mejores prendas de vestir y luzcamos como un crisol, esto no asegurará que estemos sanos por dentro (citado en Speranza, 2006).

Para Naess, los problemas ecológicos han sido creados por los seres humanos en su avaricia por conseguir riquezas materiales, la explotación industrial y minera han llevado a la grave crisis ecológica que vive el planeta, es por esto por lo que fue de gran influencia en la ética medioambiental. Este filósofo basó sus reflexiones en Baruch Spinoza y su doctrina que nos invita a saber que Dios se presenta a través de la naturaleza. En una de sus declaraciones argumentaba que la superpoblación era una de las causas a este grave problema planetario (citado en Speranza, 2006).

Naess pensaba que solo desde la ecología profunda, el hombre puede reflexionar y luego actuar para el bien y beneficio del hombre y del planeta. Para él hay que tener una visión holística de nuestro planeta que es el lugar donde vivimos, como tal, siendo cohabitantes con las otras especies vivas humanas y no humanas, es preciso que se valore y respete a cada ser por el valor propio en sí mismo y no por la subjetivación externa que damos a los otros. Es preciso que Nos protejamos todos de la destrucción que nosotros mismos ocasionamos. El respeto por cada especie es fundamental en nuestra visión (citado en Speranza, 2006).

Para las ciencias medioambientales, el Biocentrismo es la antítesis al Funcionalismo en el que todos los elementos que conforman una sociedad tienen funciones particulares que son significativas para el desarrollo y armonía de la cultura de una agrupación social determinada (Malinowski, 1984), tanto el Biocentrismo como el funcionalismo como conceptos antagónicos, permiten el estudio de aquello que concierne a la gestión del medio natural y para ello se han creado disciplinas como la Ecología de Sistemas y Ecología de Poblaciones. Sin embargo, para distanciar justificadamente al funcionalismo del Biocentrismo, argumentamos que el primero es visto desde la sociología como una disciplina que estudia para comprender y luego explicar las estructuras sociales a partir de las funciones que desempeña la sociedad o agrupación de personas, el funcionalismo descarta el carácter genealógico-histórico-cultural que construyen una sociedad (Durkheim, 1997).

El Biocentrismo desde un polo distinto al que estamos abordando la muerte no existe y la realidad continúa en otros planos o dimensiones (o al menos para algunos), si la muerte no existe, entonces existe la secuencia de la vida después de la llamada muerte o resulta que somos unos aprendices de nuestras vidas pasadas y que estos seres que vivieron antes que nosotros somos nuestros maestros (WEISS, 2011).

Decimos que puede ser que este punto se aleje del tema trabajado hasta el momento que es el de la Biodiversidad, como el concepto de “defender la biodiversidad” porque “todas las formas de existencia poseen la misma relevancia y no como siempre se había creído, que la humanidad era el eje de la vida” (Definiciona.com, 2021). Partimos del hecho que es una palabra polisémica que se estudia en el plano filosófico como ya lo hemos realizado, además el Biocentrismo visto desde las ciencias y desde esta polisemia del término, queremos abordar la idea de que la muerte no existe (luego veremos el entramado con lo Biocéntrico y la vida después de la vida.

WEISS (2011) argumenta en sus estudios que nosotros al morir, realizamos un proceso de retorno al mundo, es decir, volvemos a la vida en otro contexto, con otra familia y en otro tiempo, pero además en otra forma (podemos ser hombre o mujer y algunos sostienen que podemos ser cualquier ser viviente). Si esta teoría es cierta de que hay vida después de la vida (Moody, 1997). En el caso de Weiss (2011) podemos colegir que el regresar y no romper el círculo o cadena que nos ata a nuestra vida anterior, es sinónimo de que cometeremos los mismos errores, sin embargo, lo que quiero dejar sentado con la mención de esta obra es que si logramos identificar aquellos errores de nuestras vidas pasadas podremos ser maestros en nuestra vida actual, así y para poder entramar con el tema en cuestión de Biocentrismo, si por esa terapia de hipnosis regresiva aprendemos a respetar la naturaleza en toda su extensión, entonces habrá valido la pena regresar, aparte de poder curar nuestros miedos en esta vida.

Moody (1997) en su obra sostiene que hay vida después de la vida, en el caso del doctor Moody, sus relatos son centrados en aquellos pacientes que tuvieron muerte clínica y fueron reanimados, los pacientes cuentas que hay vida después de la vida, es decir, que en otra dimensión (si me permiten utilizar el término) nosotros existimos, la conclusión a la que llega este investigador es que hay otra vida después de la muerte. Estos estudios llevan realizándose desde hace más de cincuenta años y son miles de personas las que han relatado sus experiencias y todas ellas hablan de un mundo hermoso, limpio, con aguas frescas y cristalinas, un mundo donde los animales son dóciles y en donde cohabitamos sin discrepancias, es decir, ellos cuentan que en ese otro mundo al que tuvieron acceso existe el Biocentrismo del que estamos tratando en este escrito.

CONCLUSIONES

El defender la biodiversidad es una obligación y una necesidad del hombre como un gesto de gratitud para con la naturaleza y todo aquello que nos rodea, mencionaba cuando empezó la pseudo pandemia COVID-19 que gracias a los virus somos cada vez más fuertes, más inmunes, por supuesto que no quiero decir con esto que me alegra que de cuando en vez nos lancen un virus para probar nuestra resistencia, es solo que sentipienso que esta interrelación que se produce entre la naturaleza y todos los seres que habitamos en ella, es en el último de los casos lo que nos ha permitido seguir existiendo. Sin embargo, somos causantes de los mayores desastres en la naturaleza porque no hemos escarbado en nuestra endoconciencia para determinar que lo que estamos haciendo está mal por nosotros y todos los otros.

Desde una mirada eurocéntrica se utiliza el término Biocéntrico para decir que se debe respetar a la tierra, desde nuestra cosmovisión andina es lo que nuestros ancestros nos vienen advirtiendo desde siempre, el cuidado de las Pachamama para que podamos seguir estando en ella, la filosofía indígena ecuatoriana es la del Sumak Kawsay que es el romance respetuoso, sereno, amigable entre nosotros y nuestra madre tierra, no es necesario traer enseñanzas desde fuera, precisamente desde aquellas tierras que destruyeron nuestra armonía y colonizaron nuestras costumbres ancestrales en donde el respeto por la naturaleza era una enseñanza cotidiana.

Lo Biocéntrico siempre se chocará con un frontón muy alto y sólido que es el egocentrismo y antropocentrismo (que fue implantado por la iglesia), el ser humano al considerarse que fue hecho a imagen y semejanza de un Dios, ultraja a los demás seres del planeta, este pensamiento antropocéntrico tiene su arjé también en el eurocentrismo y es bueno saber que hoy existen filosofía emergentes que establecen las premisas a seguir para reparar el daño, aunque es bien dicho de que, una vez ultrajada la víctima, jamás volverá a ser la de antes, aunque se regenere y recicle por ese proceso natural de sanación que tiene la tierra.

Es preciso instaurar una filosofía ética de la naturaleza, en donde los hombres realicemos el ejercicio del respeto, otredad (por todos los otros), cuidado y compasión por aquello que está presente en nuestro entorno, sin tomarlo como una ética normativa o del deber sino como nuestro imperativo categórico, el ejercicio de no juzgar ni emitir juicios de valor ¿Quiénes somos o quién nos facultó para ser jueces de la naturaleza? tenemos que reconocer el error de considerar que los seres vivos no humanos no son de por sí valiosos, puesto que cada uno de los habitantes del planeta tenemos nuestra tarea y es inédita y particular y desde el cumplimiento de esta tarea estamos contribuyendo a la armonía del planeta.

Es preciso rescatar las cosmogonías indígenas y porque no la “Ecología profunda” y en un entramado filosófico-epistémico-didáctico llevarlas a las escuelas para que las nuevas generaciones sepan que existe una Pachamama a la que hay que respetar y amar, debemos enseñarles a los más jóvenes que la tierra tiene un valor ecológico incalculable y que el planeta como Pachamama es un ser viviente universal que acoge a todos los seres vivos y a los no vivos ¿acaso un madero no fue antes un árbol que nos dio sombra?. Para que podamos realizar esta empresa es necesario descolonizar nuestra mirada eurocéntrica arraigada en nuestros adentros, y debemos decolonizar[2] mediante el estudio, crítica, diálogo, reflexión y presentación de posturas epistémicas al mundo, si hablamos de Biocentrismo, no entra el desconocimiento del otro.

Si planteamos y realizamos el ejercicio de esa ética autónoma para con el planeta y todo lo que en él está, es entonces que las consecuencias empezarán a ser esperanzadoras para todos quienes pensamos que aún hay tiempo, en esta tarea está por supuesto nuestro compromiso con nosotros mismos y nuestros hábitos, tomando el pensamiento de Spinoza si hay un Dios ese está en nosotros y en la naturaleza, recalcando que no es porque se determine si está bien o mal el ejercicio ético de respeto para con la tierra y quienes la habitamos.

Si tomamos al Biocentrismo desde el pensamiento del eterno retorno (Weiss, 2011), entonces nosotros somos nuestros maestros y tenemos que aprender a no cometer los errores de las vidas otras, sino a romper las cadenas que nos llevan por ese interminable círculo de errores en cada una de nuestras vidas. Debemos aceptar las teorías de Moody (1997) sobre que hay vida después de la vida, tiene lógica pensar que si son cientos de miles los que experimentan esos viajes a otros mundos, y cuando regresan cambian toda su perspectiva de vida, será porque algo de cierto hay en sus relatos, luego ¿por qué no hacer de este planeta ese mundo armónico que cuentan los que viajaron a otros espacios? ¿Qué tanto nos cuesta despojarnos de nuestro antropocentrismo para construir un mundo hermoso y limpio, con aguas frescas y cristalinas, donde cohabitemos sin discrepancias?

REFERENCIAS

Chávez Aguilar, P. (2017). Palabras que liberan. el enseñar como admonitio en De magistro de Agustín de Hipona*. Tópicos, Revista de Filosofía, 53, 303-324. Obtenido de https://es.scribd.com/document/358885819/Sermon-XLIII-San-Agustin-de-Hipona

 

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[1]Doctrina religiosa acerca de la creación del mundo, de la materia viva y la inanimada en virtud de un solo acto creador. Es creacionista la idea bíblica acerca de la creación de todo lo existente por parte de Dios en el transcurso de seis días.

[2]Utilizo esta palabra, uniéndola primera sílaba de la palabra destruir (de), y colonizar como su nombre lo señala, entonces queda “decolonizar”, es decir, deconstruir una nueva colonia sin desconocer aquella etapa de colonización, sino dialogando con la historia.