VOLUMEN 7, Nro. 14 / MAYO-AGOSTO 2025

ISSN: 2708 – 6631 / ISSN-L: 2708 - 6631 / Pp. 71 - 87

www.propuestaseducativas.org

Autoestima y dinámica familiar en adolescentes de la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer - Vinto, Cochabamba

 

Self-esteem and family dynamics in adolescents of the U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer - Vinto, Cochabamba

 

Erika Jelen Romero Condori

erica.romero@uab.edu.bo

https://orcid.org/0009-0002-8026-047X

Universidad Adventista de Bolivia, Cochabamba, Bolivia

 

https://doi.org/10.61287/propuestaseducativas.v7i14.8

 

Recibido: 10 de enero 2025 | Arbitrado: 01 de febrero 2025 | Aceptado: 02 de marzo 2025 | Publicado: 06 de mayo 2025

RESUMEN

El análisis de la autoestima y la dinámica familiar en adolescentes resulta fundamental por su influencia significativa en el desarrollo psicosocial y bienestar juvenil. El presente estudio tiene como objetivo determinar el grado de relación entre la dinámica familiar y la autoestima en estudiantes adolescentes de la Unidad Educativa Privada Técnico Humanístico Ebenezer, en el municipio de Vinto, Cochabamba, durante la gestión 2024. La metodología fue de diseño no experimental y enfoque cuantitativo correlacional, incluyó a 96 estudiantes, a quienes se les administraron el cuestionario de Funcionamiento Familiar FF-SIL y la Escala de Autoestima de Rosenberg, ambos con validez y confiabilidad comprobadas. Los resultados indican que el 50% de los estudiantes pertenecen a una familia moderadamente funcional, el 38.5% a una familia disfuncional y solo el 9.4% a una familia funcional. En cuanto a la autoestima, el 64.6% de los participantes presenta una autoestima baja, el 24% una autoestima media y el 11.5% una autoestima alta. El análisis de correlación muestra una relación positiva y estadísticamente significativa entre la funcionalidad familiar y la autoestima de los adolescentes. Se concluyó que una dinámica familiar saludable está asociada a mayores niveles de autoestima, lo cual subraya la importancia de intervenciones psicoeducativas en el entorno escolar para fomentar tanto la cohesión familiar como la autoestima en los adolescentes.

 

Palabras clave: Autoestima; Dinámica Familiar; Adolescente; Habilidad;Psicoeducación; Bolivia

 

ABSTRACT

The analysis of self-esteem and family dynamics in adolescents is fundamental because of its significant influence on psychosocial development and youth well-being. The present study aims to determine the degree of relationship between family dynamics and self-esteem in adolescent students of the Ebenezer Private Technical-Humanistic Educational Unit, in the municipality of Vinto, Cochabamba, during the 2024 school year. The methodology was of non-experimental design and quantitative correlational approach, it included 96 students, who were administered the Family Functioning Questionnaire FF-SIL and the Rosenberg Self-Esteem Scale, both with proven validity and reliability. The results indicate that 50% of the students belong to a moderately functional family, 38.5% to a dysfunctional family and only 9.4% to a functional family. Regarding self-esteem, 64.6% of the participants have low self-esteem, 24% have medium self-esteem and 11.5% have high self-esteem. Correlation analysis shows a positive and statistically significant relationship between family functionality and adolescent self-esteem. It was concluded that healthy family dynamics are associated with higher levels of self-esteem, which underlines the importance of psychoeducational interventions in the school environment to foster both family cohesion and self-esteem in adolescents.

 

Keywords: Self-esteem; Family Dynamics; Adolescent; Ability; Psychoeducation; Bolivia

 

INTRODUCCIÓN

 

El estudio de la autoestima y la dinámica familiar en adolescentes ha cobrado relevancia debido a su impacto directo en el desarrollo psicosocial de los jóvenes. Para Gómez & López (2023), la autoestima es el concepto que una persona tiene sobre su propio valor, la cual es determinante para el bienestar emocional y social de los adolescentes. Según Pastor (2017), la familia desempeña un papel fundamental al funcionar como un agente de apoyo emocional, brindando seguridad y orientando a los hijos sobre cómo enfrentar situaciones difíciles. La ausencia de este apoyo puede impedir el desarrollo de habilidades interpersonales, lo que podría dar lugar a sentimientos de inseguridad, dependencia de los demás y una baja autoestima. La investigación sobre la autoestima y la dinámica familiar es relevante para comprender cómo estos factores influyen en el desarrollo individual del ser humano.

Es relevante destacar que las investigaciones previas son referentes claves para abordar el estudio. Al respecto, Castellanos & Almeida (2024) realizaron un estudio similar en Guayaquil, Ecuador, enfocándose en adolescentes de diferentes instituciones educativas. Estos autores encontraron que la dinámica familiar tiene un impacto significativo en la autoestima de los adolescentes, aunque con una intensidad menor. Además, observaron diferencias notables en los niveles de autoestima entre hombres y mujeres, sugiriendo que las dinámicas familiares y las expectativas de género afectan de manera distinta a cada grupo. Pilco & Jaramillo (2023) realizaron una investigación para determinar la relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima en adolescentes de Ambato, Ecuador. Los resultados mostraron que a medida que mejora la funcionalidad familiar, también lo hace la autoestima de los adolescentes, con un 42,5% de familias moderadamente funcionales y un 36,1% de adolescentes con baja autoestima. Romero & Giniebra (2022) exploraron cómo la pandemia de COVID-19 afectó la funcionalidad familiar y la autoestima de los adolescentes en Guayaquil. Aunque su estudio no encontró una correlación significativa entre ambas variables, destacaron que la pandemia exacerbó el estrés y las disfuncionalidades familiares, lo que podría haber tenido un impacto indirecto en la autoestima de los adolescentes. Este estudio resalta la complejidad de la relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima, sugiriendo que otros factores contextuales como el entorno social y emocional de los adolescentes también juegan un rol crucial. También Quiroz, G., Quiroz, T., & Vázquez (2022) investigaron la relación entre funcionalidad familiar y autoestima en 127 adolescentes de secundaria en Lima Metropolitana. Hallaron que los adolescentes de familias con alta cohesión tenían mayor autoestima, mientras que el 47.2% provenía de familias con cohesión moderada y el 52% presentó autoestima alta. Concluyeron que un entorno familiar saludable es clave para el desarrollo emocional de los adolescentes. Por su parte Calle (2019) realizó una investigación con el objetivo de determinar la relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima en adolescentes de 14 y 15 años en la ciudad de El Alto, Bolivia. Los resultados demostraron que una familia funcional facilita el desarrollo de una mejor autoestima en sus miembros. Finalmente, en un estudio realizado por Yánez (2018) en la Universidad Técnica de Cotopaxi, Ecuador, investigó la relación entre el funcionamiento familiar y la autoestima de adolescentes de entre 17 y 18 años. Los resultados mostraron que existe una relación significativa entre ambos factores, destacando que los adolescentes con familias disfuncionales tienen mayor probabilidad de presentar una autoestima baja.

La importancia de esta investigación radica en su capacidad para proporcionar información relevante en el ámbito educativo, proporcionando datos que pueden ser utilizados tanto por educadores como por administradores escolares para desarrollar estrategias de intervención que fomenten una dinámica familiar saludable y el desarrollo de una autoestima positiva en los adolescentes. Al respecto, conviene destacar lo planteado por Urgilés Pineda et al. (2025) sobre la calidad educativa y la motivación estudiantil: “en la actualidad, son múltiples los estudiantes que reciben educación a través de un enfoque obsoleto que carece de herramientas y alternativas necesarias para enfrentar los desafíos del presente siglo” (p. 2).

No obstante, en el contexto boliviano, y específicamente en la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer del municipio de Vinto, Cochabamba, los adolescentes pueden beneficiarse de programas orientados a fortalecer la autoestima mediante el mejoramiento de las interacciones familiares. Esta investigación se realiza porque es fundamental comprender la relación entre las dinámicas familiares y la autoestima en los adolescentes, ya que estas son factores determinantes en su bienestar emocional, social y académico. Una autoestima positiva les permite enfrentar desafíos, establecer relaciones saludables y alcanzar un desarrollo integral.

El objetivo general del presente estudio fue determinar la relación entre la dinámica familiar y la autoestima en adolescentes de la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer, municipio de Vinto, Cochabamba, durante la gestión 2024. Además, en los objetivos específicos se evaluaron los niveles de autoestima, los tipos de dinámica familiar y la correlación entre ambas variables. La pregunta de investigación planteada fue:

¿Cuál es la relación entre la autoestima y la dinámica familiar en los adolescentes? Se formuló la hipótesis de que la dinámica familiar influye significativamente en el desarrollo de la autoestima de los estudiantes.

La dinámica familiar se refiere a los patrones de interacción, roles, reglas y comunicación que se establecen dentro de la familia. Minuchin (1974) definió la familia como un sistema social compuesto por subsistemas interrelacionados que determinan la funcionalidad o disfuncionalidad de sus miembros. De acuerdo con esta perspectiva, las familias funcionales se caracterizan por fomentar la capacidad de resolver las crisis de manera conjunta, tanto internas como externas. Además, promueven la expresión de afecto y apoyo, favorecen el crecimiento y desarrollo de cada miembro, y facilitan la interacción entre los integrantes, respetando la autonomía y el espacio personal (Muyibi et al., 2010; González et al., 2012, citado por Higuita & Cardona, 2016, p. 168). Por el contrario, las familias disfuncionales tienden a generar actitudes y comportamientos negativos, como la falta de comunicación, la crítica destructiva, el abuso emocional o físico, y la evasión de responsabilidades, lo que resulta en una percepción desfavorable de la satisfacción personal y familiar.

La dinámica familiar es crucial para el desarrollo psicológico de los adolescentes, ya que la familia actúa como el primer entorno de socialización. Un funcionamiento familiar adecuado proporciona a los adolescentes las herramientas necesarias para desarrollar una autoestima saludable, mientras que un ambiente familiar conflictivo o disfuncional puede deteriorar su autopercepción, al generar inseguridades, promover la falta de confianza en sí mismos, aumentar la dependencia emocional de los demás y reforzar creencias negativas sobre su capacidad y valor personal.

Asimismo, desde la teoría de Erikson (1968), la adolescencia es una etapa de crisis de identidad, en la que los adolescentes intentan definir quiénes son y cómo encajan en el mundo. Durante esta búsqueda de identidad, una autoestima saludable les permite enfrentar el estrés, formar relaciones interpersonales saludables y tomar decisiones autónomas, mientras que una baja autoestima puede derivar en problemas emocionales y conductuales.

Por otro lado, la autoestima va más allá del aspecto cognitivo de cómo un individuo se percibe, abarcando también el contexto emocional y la actitud que se asocia con la idea que tiene de sí mismo. Peiró (2021), indica que, la autoestima se refiere al valor subjetivo que una persona asigna a sí misma, el cual puede ser tanto positivo como negativo, y se forma a partir de las experiencias vividas. Desde una perspectiva psicológica Rosenberg (1965) propuso que la autoestima es un fenómeno actitudinal moldeado por las interacciones sociales y las fuerzas culturales. Este constructo se refiere tanto a la autovaloración positiva como a la negativa, y su formación comienza en los primeros años de vida, pero se consolida durante la adolescencia.

Es importante resaltar que, durante la adolescencia, la autoestima está en una fase de mayor vulnerabilidad debido a los cambios fisiológicos, cognitivos y sociales que se viven en esta etapa. Según la experiencia, la autoestima tiende a fluctuar en función de diversas condiciones, tanto internas como externas, a las que una persona está expuesta. Además, esta puede variar según el género, ya que, en general, son las mujeres quienes experimentan con mayor frecuencia una baja autoestima, especialmente debido a los cambios físicos, la presión social por cumplir con estándares estéticos y de belleza, la comparación con los demás, la búsqueda de aprobación en las redes sociales y entre otros factores relacionados (Martin, 2018).

 

MÉTODO

Se optó por un enfoque cuantitativo debido a su elevado poder explicativo y predictivo, además de su capacidad para calcular el margen de error inherente a cualquier inferencia (Cuenya & Ruetti, 2010, p. 276).

Además, se aplicó un diseño no experimental, con un alcance descriptivo y correlacional. El diseño descriptivo tiene como propósito exponer y detallar las características particulares de una variable, mientras que el diseño correlacional busca determinar la relación existente entre dos o más variables (Ramos,2015), en este caso la relación entre autoestima y dinámica familiar en el entorno estudiado.

La población está compuesta por 96 estudiantes adolescentes de 12 y 13 años matriculados en la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer del municipio de Vinto, en Cochabamba, Bolivia, durante la gestión 2024. Se optó por un muestreo no probabilístico, aplicando criterios específicos para la inclusión y exclusión de los participantes.

Se establecieron los siguientes criterios de inclusión y criterios de exclusión para la selección de los participantes:

 

Criterios de inclusión:

   Rango de edad entre 12-13 años.

   Estar legalmente matriculados en la institución mencionada.

   Consentimiento voluntario para participar en el estudio.

Criterios de exclusión:

   Presenta alguna discapacidad física o intelectual que impida o dificulte el desarrollo y la comprensión de la evaluación.

   No ser estudiante de la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer.

   No aceptar participar de la investigación.

Para la recolección de datos sobre la dinámica familiar, se aplicó el cuestionario Funcionamiento Familiar (FF-SIL), elaborado por Ortega, De la Cuesta y Díaz (1999) en Cuba, con un alfa de Cronbach de 0,89 (Cassinda et al. 2016). El instrumento fue validado por tres profesionales del área para el contexto local de Vinto. Los creadores del FF-SIL

afirman que esta prueba tiene la finalidad de diagnosticar de forma cuantitativa la funcionalidad familiar, evaluando variables relacionadas como: cohesión, armonía, comunicación, permeabilidad, afectividad, roles y adaptabilidad (Ortega, De la Cuesta y Días 1999), el cual cuenta con 14 ítems redactados en forma positiva. Presenta 5 opciones de respuesta (1=casi nunca, 2=pocas veces, 3=a veces, 4=muchas veces y 5=casi siempre). La sumatoria de los puntos responde a la valoración del funcionamiento familiar: 14 puntos, lo más bajo (familia severamente disfuncional), y 70 puntos, lo más alto (familia funcional). El cuestionario determina 7 categorías: cohesión, efectividad, armonía, comunicación, roles, adaptabilidad y permeabilidad. El cuestionario FF-SIL tiene un alfa de Cronbach de 0.816, lo que refleja una fiabilidad adecuada.

Así también, se utilizó la Escala de Autoestima de Rosenberg (EAR), elaborada por Rosenberg en 1965. Estudiado el grado de validez del test en la Universidad Adventista de Bolivia con un alfa de Cronbach de 0,881 (Molina 2024). Este test explora la autoestima con 10 ítems de puntuación directa e inversa, con cuatro opciones de respuesta en escala Likert: muy de acuerdo (4 puntos), de acuerdo (3 puntos), en desacuerdo (2 puntos) muy en desacuerdo (1 puntos). La puntuación se distribuye en rangos que establecen el nivel de autoestima en: autoestima elevada (30 a 40 puntos); autoestima media (26 a 29 puntos) y autoestima baja (menor de 25 puntos) (Ferrel, Vélez y Ferrel 2014).

Para la validación del instrumento Cuestionario de Funcionalidad Familiar FF-SIL, se contó con la participación de tres profesionales expertos en el área de psicología, quienes realizaron la revisión y evaluación del cuestionario. Este proceso permitió garantizar su adecuación y validez en el contexto específico del municipio de Vinto. Posteriormente, se incorporaron las sugerencias y adaptaciones propuestas por los expertos, asegurando que el instrumento fuera pertinente y relevante para la población objeto de estudio.

El proceso de recolección de datos se realizó de manera presencial en octubre de 2024, con la previa autorización del personal directivo de la Unidad Educativa. Durante esta etapa, los instrumentos, el Cuestionario de Funcionamiento Familiar FF-SIL y la Escala de Autoestima de Rosenberg, fueron administrados en formato físico. Antes de iniciar, se proporcionó una explicación detallada a los participantes sobre cómo completar los cuestionarios, destacando la importancia de responder con honestidad para garantizar la precisión de los resultados.

Posteriormente, los datos fueron procesados mediante técnicas de análisis estadístico con el software SPSS y Excel, los cuales facilitaron la creación de una base de datos y el análisis de correlación de variables, en concordancia con los objetivos planteados. Este análisis permitió identificar correlaciones significativas entre la dinámica familiar y la autoestima. La relevancia de esta investigación radica en su potencial para contribuir en contextos educativos específicos, ofreciendo información valiosa para educadores y administradores en la búsqueda de estrategias que promuevan una dinámica familiar y una autoestima saludable.

 

Tabla 1. Grado o Niveles de autoestima

Frecuencia

Porcentaje

Autoestima baja

62

64,6

Autoestima media

23

24,0

Autoestima elevada

11

11,5

Total

96

100,0

Nota: Categoría en frecuencias y porcentajes.

 

En la siguiente tabla 1 se observa que la mayoría de los participantes, un 64.6%, se clasificó con un nivel de autoestima baja, mientras que el 24% presentó un nivel medio y el porcentaje más bajo, 11.5%, correspondió a aquellos con un nivel elevado de autoestima. Estos datos evidencian que la mayoría de los participantes reportan un nivel bajo de autoestima.

 

Tabla 2. Tipos de dinámica familiar

Dinámica familiar

 

Frecuencia

Porcentaje

Familia severamente

disfuncional

2

2,1%

Familia disfuncional

37

38,5%

Familia moderadamente funcional

48

50,0%

Familia funcional

9

9,4%

Total

96

100%

Nota: Categoría en frecuencias y porcentajes

 

En cuanto a la variable de dinámica familiar, los resultados revelaron que solo el 2.1% de los participantes, reportaron tener una familia severamente disfuncional. Un 38.5% indicó que su familia es disfuncional, mientras que la mayoría, el 50%, clasificó a su familia como moderadamente funcional. Por otro lado, un 9.4% de los participantes señaló que su familia es funcional. Estos datos permiten concluir que la mayor parte de los participantes proviene de familias moderadamente funcionales.

 

Tabla 3. Análisis comparativo de Autoestima según la edad

Edad

 

12

13

Total

Autoestima baja

43

19

62

Autoestima media

14

9

23

Autoestima elevada

6

5

11

Total

63

33

96

Nota: Categoría en frecuencias y porcentajes.

 

La tabla muestra la relación entre la edad (12 y 13 años) y los niveles de autoestima (baja, media y alta) en un grupo de adolescentes. Los resultados indican que la mayoría de los participantes con autoestima baja tienen 12 años, lo que sugiere que los problemas de autoestima podrían ser más comunes en este grupo de edad. No obstante, es importante considerar que factores como el tamaño de la muestra y otras variables no evaluadas podrían influir en estos resultados.

En general, se observa una tendencia hacia niveles más bajos de autoestima en los adolescentes de 12 años en comparación con los de 13 años: probablemente observamos esta diferencia de niveles de autoestima entre adolescentes de 12 en comparación a los 13 años porque los estudiantes de 12 años están en un proceso elevado de transición e ingreso a los cambios puberales (Minev et al., 2018).

 

Tabla 4. Análisis comparativo de Dinámica Familiar según la edad

 

Edad

 

 

 

12

13

Total

Familia severamente

disfuncional

1

1

2

Familia disfuncional

23

14

37

Familia moderadamente funcional

30

18

48

Familia funcional

9

0

9

Total

63

33

96

Nota: Elaboración propia a partir de los datos recolectados

 

Se puede observar que, de un total de 96 adolescentes, la mayoría proviene de familias moderadamente funcionales, con 30 adolescentes de 12 años y 18 de ellos de 13 años. Las familias disfuncionales son el segundo grupo más frecuente, representadas por 23 adolescentes de 12 años y 14 adolescentes de 13 años. Las familias funcionales aparecen exclusivamente entre los adolescentes de 12 años, con 9 casos, mientras que la categoría de familias severamente disfuncionales incluye a 1 adolescente de cada grupo de edad.

 

Tabla 5. Análisis comparativo de Dinámica Familiar y Autoestima según el género

Nivel de autoestima y género

 

Autoestima baja

Autoestima media

Autoestima elevada

Total

 

Género

Masculino

23

17

7

47

 

 

Femenino

39

6

4

49

 

Total

62

23

11

96

 

Nivel de familia

 

Familia severamente disfuncional

Familia disfuncional

Familia moderadamente funcional

Familia funcional

Total

Género

Masculino

0

13

31

3

47

 

Femenino

2

24

17

6

49

Total

2

37

48

9

96

Nota: Elaboración propia a partir de los datos recolectados.

 

En la tabla muestra que, en términos de autoestima, los hombres tienden a distribuirse de manera más equilibrada entre los niveles baja (23 casos), media (17 casos) y elevada (7 casos), mientras que la mayoría de las mujeres se concentra en la categoría de autoestima baja (39 casos), con menor representación en los niveles media (6 casos) y elevada (4 casos). En cuanto a la dinámica familiar, los hombres predominan en las categorías de familias moderadamente funcionales (31 casos) y funcionales (3 casos), mientras que las mujeres tienen mayor presencia en las categorías de familias disfuncionales (24 casos) y severamente disfuncionales (2 casos). Estos resultados sugieren diferencias notables entre géneros, con los hombres mostrando una distribución más variada en autoestima y un entorno familiar más funcional, en contraste con las mujeres, quienes reportan mayor prevalencia de autoestima baja y dinámicas familiares menos funcionales.

 

Tabla 6. Correlación de las variables dinámica familiar y autoestima

 

 

Dinámica

Familia

 

Autoestima

Dinámica Familia

Correlación de

Pearson

1

,373**

Sig. (bilateral)

 

,000

N

96

96

Autoestima

Correlación de

Pearson

,373**

1

Sig. (bilateral)

,000

 

N

96

96

Nota **. La correlación es significativa en el nivel

0,01 (bilateral).

 

 

Los resultados evidenciaron una correlación positiva y estadísticamente significativa (r = 0.373, p < .01) entre la dinámica familiar y la autoestima en los adolescentes de la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer. Este resultado indica que una mejor dinámica familiar se asocia con niveles más altos de autoestima.

 

Discusión

Los resultados de este estudio evidencian una relación positiva y significativa entre la dinámica familiar y los niveles de autoestima en adolescentes de 12 y 13 años en la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer. Se encontró una alta prevalencia de familias moderadamente funcionales de acuerdo con el instrumento FF-SIL. Este resultado coincide con investigaciones previas, como el de Calle (2019), quien encontró que el 45,8% de los adolescentes de 14 y 15 años también se ubica dentro de la categoría de familia moderadamente funcional, indicando que esta categoría se sitúa entre la funcionalidad plena y la disfuncionalidad, manteniendo cierto equilibrio. La relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima está respaldada por estudios como el de Díaz (2019), que evidenció que el 47.2% de los adolescentes evaluados pertenecían a familias con funcionalidad moderada, y la mayoría presentaba una autoestima alta. Este resultado refuerza la idea de que un ambiente familiar moderadamente funcional puede sostener niveles adecuados de autoestima, aunque de manera limitada en comparación con familias plenamente funcionales. Además, la teoría de Minuchin (1974) señala que la cohesión familiar y la afectividad promueven un desarrollo emocional saludable, mientras que la falta de estas características incrementa el riesgo de baja autoestima.

Al comparar estos hallazgos con estudios previos, se observan paralelismos. Por ejemplo, Pilco & Jaramillo (2023) encontraron una correlación significativa entre la funcionalidad familiar y la autoestima en adolescentes de Ambato, Ecuador, indicando que una mejora en la funcionalidad familiar se asocia con un aumento en la autoestima (r=0.553; p<0.05). De manera similar, Castellanos & Almeida (2024) observaron que la autoestima baja es más frecuente en adolescentes provenientes de familias disfuncionales, con un impacto notable en las mujeres, lo cual coincide con los hallazgos actuales donde el género femenino presenta una tendencia hacia la autoestima baja y una mayor disfuncionalidad familiar.

En cuanto al género, la investigación muestra que el 41% de las mujeres en el estudio reportaron una autoestima baja, frente al 24% de los hombres. Este resultado coincide con lo señalado por Wichstrom y von Soest (2016), quienes encontraron que la autoestima de las adolescentes está más influenciada por factores relacionados con la apariencia física, exacerbados por la internalización de ideales corporales promovidos por los medios de comunicación y redes sociales. Según Knauss, Paxton y Alsaker (2007), las adolescentes tienden a adoptar estos ideales con mayor intensidad, lo que podría explicar la brecha de género en la autoestima global. Por otro lado, los resultados refuerzan la importancia del entorno familiar en el desarrollo de la autoestima en etapas tempranas. Orth (2018) señaló que factores como la calidez parental y la calidad del entorno familiar tienen un efecto a largo plazo en la autoestima, mientras que la hostilidad parental puede tener consecuencias negativas significativas. El presente estudio sugiere que adolescentes provenientes de familias disfuncionales o moderadamente funcionales son más propensos a desarrollar autoestima baja. Esta asociación se explica por la falta de cohesión, apoyo y supervisión parental, elementos clave que influyen positivamente en la percepción de valía personal.

El análisis de Khaleque (2017) reveló que la calidez parental, caracterizada por amor y apoyo, tiene una asociación positiva con la autoestima, mientras que la hostilidad parental, como el rechazo y la negligencia, muestra una correlación negativa significativa. Este patrón puede explicar por qué las familias funcionales tienden a producir adolescentes con mayor autoestima, mientras que las familias disfuncionales refuerzan sentimientos de incompetencia e inseguridad.

La asociación entre el nivel de funcionalidad familiar y la autoestima en adolescentes tiene implicaciones significativas en la planificación de intervenciones familiares y educativas. Los resultados sugieren que los adolescentes que provienen de familias funcionales tienden a desarrollar una autoestima más saludable, lo cual es fundamental para su bienestar emocional y social. La importancia de esta relación es respaldada por estudios como el de Quiroz, G., Quiroz, T., & Vázquez (2022), quienes encontraron que los adolescentes con altos niveles de cohesión familiar también tenían niveles elevados de autoestima. Este tipo de cohesión fomenta un ambiente donde los adolescentes pueden explorar y desarrollar su identidad de manera segura, lo cual es fundamental durante esta etapa crítica de desarrollo.

Por otro lado, los resultados de esta investigación muestran que aquellos estudiantes provenientes de familias disfuncionales o moderadamente funcionales son más propensos a presentar una autoestima baja, lo cual puede traducirse en dificultades para enfrentar el estrés, establecer relaciones interpersonales saludables y tomar decisiones autónomas. Este aspecto es respaldado por Rosenberg (1965), quien definió la autoestima como un constructo influenciado por las interacciones sociales y las fuerzas culturales, elementos que están profundamente ligados al contexto familiar. Además, según Erikson (1968), la adolescencia es una etapa de crisis de identidad, en la cual un ambiente familiar disfuncional puede agravar la inseguridad y afectar el desarrollo de una identidad saludable.

Una de las principales limitaciones de este estudio es el tamaño limitado de la muestra, lo cual puede afectar la generalización de los resultados a otras poblaciones. Con una muestra de 96 estudiantes, se logra captar una representación de la realidad en la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer. Sin embargo, la inclusión de una muestra más amplia y diversa podría proporcionar una visión más detallada y precisa de la relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima en adolescentes de diferentes contextos.

Una limitación importante del estudio es que solo se recoge información en un momento específico, lo que impide observar cómo evolucionan la autoestima y la funcionalidad familiar a lo largo del tiempo. Realizar un estudio que se extienda durante un período más largo permitiría comprender mejor cómo estas variables interactúan y se afectan mutuamente con el paso del tiempo, lo cual sería particularmente valioso en la adolescencia, una etapa caracterizada por cambios rápidos y significativos.

Para fortalecer los hallazgos de este estudio, se recomienda que futuras investigaciones utilicen muestras más amplias y diversos contextos educativos y culturales.

 Esto permitiría una mayor generalización de los resultados y ofrecería una visión más rica sobre cómo factores como la cultura, el género y el contexto socioeconómico influyen en la relación entre funcionalidad familiar y autoestima.

Específicamente, sería valioso realizar estudios que permitan observar los cambios en la autoestima y en la dinámica familiar a lo largo del tiempo, proporcionando así una visión más dinámica de estas variables. Asimismo, futuras investigaciones podrían explorar cómo otros factores externos a la familia, como el contexto escolar, el grupo de pares y las redes sociales, impactan en la autoestima, dado que los adolescentes son influenciados por múltiples entornos en su proceso de desarrollo. Además, considerando que la baja autoestima es más prevaleciente en el género femenino, como se observó en este estudio, sería recomendable investigar más a fondo las razones de esta diferencia, incluyendo factores culturales y sociales que puedan contribuir a esta disparidad. La inclusión de evaluaciones mixtas (cuantitativas y cualitativas) también podría ofrecer una comprensión más profunda de las experiencias y percepciones individuales de los adolescentes sobre su autoestima y su entorno familiar.

 

CONCLUSIONES

Los resultados de esta investigación cumplieron con los objetivos planteados, al determinar la relación entre la dinámica familiar y la autoestima en adolescentes de la U. E. Privada Técnico Humanístico Ebenezer, evidenciando una correlación positiva y significativa entre ambas variables (r = 0.373, p < 0.01). En cuanto al nivel de autoestima, se identificó que el 64.6% de los estudiantes presenta autoestima baja, mientras que solo el 9.4% pertenece a familias completamente funcionales, siendo la mayoría de los casos correspondientes a familias moderadamente funcionales (50%). Estos hallazgos destacan que los adolescentes que perciben mayor cohesión, comunicación y apoyo familiar tienden a desarrollar una autoestima más elevada. Esto subraya la importancia de implementar programas psicoeducativos que fortalezcan las dinámicas familiares, promoviendo una comunicación efectiva y un apoyo emocional en los entornos escolar y familiar. Se recomienda que los docentes fomenten el desarrollo socioemocional en el aula mediante dinámicas grupales, reconocimientos positivos y espacios de reflexión sobre emociones y valores familiares. Asimismo, es fundamental capacitar a las familias a través de talleres enfocados en mejorar la comunicación, promover la empatía y establecer rutinas de apoyo emocional que fortalezcan los vínculos familiares.

Estas estrategias no solo optimizan el bienestar emocional de los estudiantes y contribuyen al desarrollo de una autoestima más saludable, sino que también destacan la relevancia de la dinámica familiar en el contexto educativo actual y la necesidad de intervenciones que promuevan entornos de apoyo y cohesión.

 

REFERENCIAS

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