Revista PROPUESTAS EDUCATIVAS
VOLUMEN 5, Nro. 10 / JULIO-DICIEMBRE 2023
ISSN: 2708 – 6631 /
ISSN-L: 2708 - 6631 / Pp. 39 – 56
www.propuestaseducativas.org
Dependencia emocional
y autoestima en estudiantes de la Universidad Adventista
Link between emotional dependence and self-esteem in university students
Jhoselyn Madai Loayza
Sejas
jhoselynloayzasejas@gmail.com
https://orcid.org/0009-0006-6888-9477
Universidad Adventista de
Bolivia, Cochabamba, Bolivia
Artículo recibido el 15 de diciembre 2022 |
Arbitrado el 15 de enero 2023 | Aceptado el 03 de marzo 2023 | Publicado el 01
de julio 2023
https://doi.org/10.61287/propuestaseducativas.v5i10.4
RESUMEN
La
vinculación entre dependencia emocional y autoestima es un tema complejo que se
ha venido abordando desde diversas aristas y el sector educativo no debería
estar ausente de esta discusión. En este sentido, este estudio tuvo como
objetivo describir la relación entre la dependencia emocional y la autoestima
en estudiantes de la carrera de Psicología de la Universidad Adventista de
Bolivia, en la gestión 2022. Para ello, se trabajó bajo el paradigma
cuantitativo, con diseño no experimental y tipología descriptiva. La población
estuvo conformada por 105 estudiantes de la carrera y casa de estudio
mencionada y la muestra por 67 estudiantes entre 18 y 25 años que tuvieran o
hayan tenido una relación de pareja y que participaran de manera voluntaria. La
recolección de la información se realizó a través del cuestionario de
dependencia emocional Lemos y Londoño (2006) y el inventario de autoestima de Coopersmith (1959). Una vez se recabó la información se
procedió a su procesamiento e interpretación. Se concluyó que existe una
relación negativa entre la dependencia emocional y la autoestima: a menor
dependencia emocional, mayor autoestima.
Palabras clave: Dependencia emocional;
Autoestima; Educación; Estudiante universitario; Autoestima y dependencia
emocional
ABSTRACT
The link between emotional dependence and self-esteem
is a complex issue that has been addressed from various angles and the
education sector should not be absent from this discussion. In this sense, this
aims to describe the relationship between emotional dependence and self-esteem,
a study in students of the Psychology career of the Adventist University of
Bolivia, in the 2022 term. For this, we worked under the quantitative paradigm,
with non-experimental design and descriptive typology. The population was made
up of 1,300 students of the career and study house, he said, and the sample was made up of 67 students between the ages of 18 and 25 who
had or have had a relationship and who participated voluntarily.
Information was collected through the Lemos and Londoño (2006) emotional dependency questionnaire and the Coopersmith (1959) self-esteem inventory. Once the
information was collected, it was processed and interpreted. It was concluded
that there is a negative relationship between emotional dependence and
self-esteem: the lower the emotional dependence, the higher the self-esteem.
Keywords:
Emotional dependency; Self-esteem;
Education; College student; Self-esteem and emotional dependence
INTRODUCCIÓN
La dependencia emocional es un tema complejo que se está
convirtiendo en un tópico de interés para los investigadores a nivel mundial.
Este fenómeno se desarrolla en el contexto de las relaciones humanas, las
cuales son una parte fundamental de la vida de todos. A pesar de su relevancia,
de acuerdo a lo planteado por Castelló (2005) la dependencia emocional es un
problema poco estudiado y comprendido. No está clasificada como un trastorno
mental en los manuales de psicología y psiquiatría actuales y es difícil de
encontrar en la literatura científica. No obstante, la Organización Mundial de
la salud (OMS; 1980) define dependencia como la poca o ausencia de la habilidad
de ejecutar alguna actividad de la manera o dentro del margen que se considera
adecuado o norma y establece tres niveles leve, moderado y grave.
Por otra parte, aunque es oportuno destacar que filósofos como
Platón (427 ac - 347 ac)
hablaba del amor platónico vinculado con la idealización e Immanuel Kant (1962)
de amor-pasión o amor egoísta. Lo que luego sería definido por Castelló (2005)
como la necesidad afectiva fuerte que el individuo siente hacia otra persona.
Esta forma de dependencia en los jóvenes y universitarios es una problemática
que está presente en la sociedad actual y no discrimina a nadie. Esta situación
se presenta en diferentes ámbitos, donde se evidencia una postura de poder
frente a la pareja.
Así
mismo, la juventud es un grupo social que se encuentra en constante cambio y
desarrollo, donde se busca consolidar relaciones amorosas, pero en ocasiones
carece de la madurez emocional necesaria para comprender el verdadero
significado del amor. Esto lleva a los jóvenes a depender emocionalmente de su
pareja, necesitando de manera extrema el afecto y llegando a distorsionar la
verdadera esencia de una relación. Es prioritario tomar conciencia de este
problema y trabajar en la consolidación de relaciones amorosas saludables. Se
debe fomentar la madurez emocional y la independencia en los jóvenes, para que
puedan establecer relaciones basadas en el respeto, la confianza, la
comunicación efectiva y la aceptación hacia la estimación de la otra persona y
la autoestima.
En
torno a este último, se puede observar que es una variable estudiada a
profundidad, por diversos especialistas, entre los que destaca Freud (1914) en
su libro “Introducción al narcisismo”, nos otorga dos significados de la
autoestima: ¿Quién soy yo? Referido a al conciencie que te si tiene sobre sí
mismo y el ¿Cuánto valgo? Orientado a la evaluación de la propia valía respecto
a un sistema de valores, en donde resaltada que si el individuo cuenta con valores
positivos se sentirá fuerte, orgulloso, seguro o feliz; pero, si por el
contrario son negativo se sentirá, avergonzado, temeroso, entre otras emociones
de baja frecuencia. Al
respecto, la OMS como citó Balarezo (2019) afirma que a nivel mundial una de cada
persona entre 7 y 17 años de edad tienen baja autoestima y manifestar padecer
de síntomas de estrés, ansiedad y depresión, según una encuesta realizada a
25.000 estudiantes a nivel global; lo que, representa un 41,18% de la población
estudiantil, dato alarmante para el desarrollo de competencias sociales del
adolescente y por ende en el adulto joven y estudiante universitario que no se
está valorando a sí mismo; lo que desmejora su actitud social y valorización.
Dependencia emocional
Desde tiempos muy antiguos diferentes filósofos, artistas y
científicos han abordado las particularidades tanto positivas como negativas
del amor, en donde lo que antes se conocía como aspectos negativos, hoy es
llamado dependencia emocional. Al respecto, Platón (427 aC.
- 347 aC.) afirmaba que la
existencia de un amor nocivo estaba caracterizada por un amor posesivo, donde
las personas llevaban a cabo una especie de asedio hacia el otro como un objeto
que querían poseer a toda costa. Del mismo modo, Immanuel Kant (1962) hablaba
del amor-pasión (egoísta) y lo especificaba como un conjunto de sensaciones y
emociones complejas de gestionar para las personas que la padecían. (Aramayo; 2001).
Al respecto, Castelló (2005) manifiesta que la dependencia
emocional es “una necesidad afectiva fuerte que una persona siente hacia otra a
lo largo de sus diferentes espacios de relación de pareja”. (p.17). entendiendo
el término necesidad como algo sin lo cual no se puede vivir. Es tan importante
y crucial este concepto que, para muchos autores e investigadores, la
dependencia emocional es igual a una adicción, pero en vez de necesitar una
sustancia, necesitan una aprobación, cercanía y/o afectividad de determinados
sujetos, en este caso, de la pareja.
En este
mismo orden de ideas, Herrera (2016) manifiesta que las personas con
dependencia emocional se ubican catalogadas como patológicas y estándar, debido
a que la dependencia emocional es continua y progresiva que inicia su recorrido
con la normalidad y termina con la patología, dando como resultado, diferentes
niveles de gravedad y puede adoptar diversas formas que modifiquen
sustancialmente a las entendidas como “estándar”. En torno a esto, Castelló
(2005) señala que, “no es preciso que se cumplan todas y cada una de las
siguientes características para poder afirmar que alguien sufre de dependencia
emocional”. (p.56) Como bien plantea, los dependientes emocionales pueden
adoptar diferentes formas o “estándares” que pueden llegar a alterar un poco el
concepto de dependencia emocional. Al respecto, las personas con dependencia
emocional según el autor presentan ciertas características las cuales divide en
tres áreas:
1. Las
relaciones interpersonales (con especial hincapié en las de pareja), esta es el
área más relevante, donde los
dependientes emocionales pueden llegar a manifestarse más, siendo las
características más resaltantes: Necesidad excesiva del otro, deseo de acceso
constante hacia la otra persona, deseos de exclusividad en la relación, prioridad
de la pareja sobre cualquier otro aspecto, idealización del objeto, relaciones
basadas en la sumisión y subordinación, historia de relaciones de pareja
desequilibradas, miedo a la ruptura, asunción del sistema de creencias de la
pareja, deseo de exclusividad hacia otras personas significativas, necesidad de
agradar y déficit de habilidades sociales.
2. Baja Autoestima, según el autor es común encontrar déficit de
autoestima en una gran cantidad de trastornos mentales y del comportamiento, en
ocasiones a causa de los mismos y otras muchas como consecuencia, pero en la
dependencia emocional esto toma mayor intensidad y relevancia. En los
dependientes emocionales su autoconcepto es muy bajo,
son duramente críticos consigo mismo, en el fondo no creen merecer la felicidad
e incluso se llegan a negar el derecho de disfrutar la vida porque son personas
que están prisioneras dentro de sí mismas, con un inmenso deseo de huir de su
cuerpo y sobre todo de su mente para refugiarse en otra persona.
3. Miedo e intolerancia a la soledad, en donde la persona
experimenta la desagradable sensación o sentimiento de soledad, es el momento
en que interiormente se percibe que solo en compañía de otra persona, de
alguien significante o cualquiera puede ser “especial” puede ser feliz. Es
decir, se deja de lado así mismo, para centrarse en el otro y tener un acceso
constante hacia su pareja, considerando que la única solución a su dolor y pena
es estar con esa persona a cualquier precio.
En este
mismo orden de ideas, Lemos y Londoño (2006) plantea las dimensiones medibles
en las personas con dependencia emocional, que no son más que las
particularidades que pueden presentar el sujeto al tener esta patología; las
cuales son: ansiedad de separación, expresión afectiva, modificación de planes
para no separarse de la pareja, miedo a la soledad, expresión límite y búsqueda
de atención.
Castelló
(2005) en su modelo de dependencia emocional también plantea las principales
causas y consecuencias de esta patología. En torno a la primera manifiestas que
son suficientemente extensas y complejas; pero de manera sintetizada y resumida
afirma que son producto de: 1. Carencias afectivas, poca valoración, escaso
reconocimiento y temor acompañado de obedecimiento en la etapa infantil; 2.
trastorno de la personalidad en sus formas más graves y crónicas producto de
relaciones tormentosas y desequilibradas; 3. La persistente sensación o
sentimiento de tristeza e infelicidad, estados de ánimo depresivos y el miedo a
estar solo y la falta de autoestima.
En
relación a las consecuencias de la
dependencia
emocional son personas que constantemente están propensas a sufrir de
conflictos y distanciamiento con amigos o familiares, problemas de ansiedad y/o
depresión, desprecio y rechazo hacia sí mismo, alejamiento de su vínculo
familiar y social, celos patológicos, abandono o renuncia de sus funciones
labores, actividades o rutinas y problemas de alimentación. En resumen, las
consecuencias pueden llegar a visualizarse en el deterioro social, familiar,
laboral y personal del dependiente emocional; lo que conlleva a una desmejora
de su vida personal.
Autoestima
El término autoestima es relativamente reciente, siendo un
importante descubrimiento de las ciencias de la conducta en el siglo XX; es
propio del castellano, en otros idiomas podría ser reemplazada por “autoconcepto” o “autoimagen positiva”. En torno a su
definición Cortés (1999) manifiesta que es necesario separarla de otras
nociones parecidas que pueden formar parte de ella, complementar o simplemente
confundir a quienes no están realmente claros sobre su significado. De igual
manera, la autoestima es considerada como la valoración que se tiene de sí
mismo, involucra emociones, pensamientos, sentimientos, experiencias y
actitudes que la persona recoge en su vida (Mejía, Pastrana, & Mejía,
2011).
Al respecto, el autor manifiesta que es la valoración,
regularmente positiva, de uno mismo. Para la Psicología, la autoestima trata de
un conjunto de percepciones, pensamientos y sentimientos de opinión emocional
que las personas tienen sobré sí mismos, que establece un orden de
comportamientos para relacionarse con las demás personas. En pocas palabras, la
autoestima es un sentimiento auto valorativo. Este autoconcepto
o autovaloración puede cambiar con el tiempo de manera positiva o negativa,
todo depende de cada individuo, de sus circunstancias y contexto.
En este
mismo orden de ideas, la autoestima es una competencia necesaria para el
bienestar de todas las personas y diversos autores y corrientes psicológicas lo
han demostrado, a través de sus estudios y definiciones. En este sentido,
existen diferentes teorías que abordan esta temática entre las que destaca las
siguientes:
En
primer lugar, la de Freud (1914), considerado el padre del psicoanálisis que
habló acerca de dos significados de la autoestima: el primero se refiere a la
conciencia que la persona tiene acerca de sí mismo; es decir, quién es y cómo
se autopercibe y el segundo significado tiene que ver
con la valoración que hace de sí mismo, en términos de cuánto vale y cuál el
lugar en su propio sistema de valores, es la vivencia de la propia valía
respecto a un sistema de valores. Si los valores son positivos la persona se
sentirá fuerte, orgullosa y segura, si por el contrario los valores son negativos,
el individuo experimentará sensaciones de culpabilidad, vergüenza, temor, entre
otros sentimientos y emociones de baja frecuencia.
De igual manera, Freud (1914)
plantea tres componentes que conforman la personalidad humana: 1. El “ello” es
el componente más primitivo e instintiva, que busca satisfacer las necesidades
básicas como el hambre, la sed y el sexo. Es impulsivo y no tiene en cuenta las
normas sociales o morales; 2. El “yo” es el componente de la personalidad que
se encarga de la realidad externa y el contacto con el mundo exterior. Busca
equilibrar las demandas del “ello” con las normas sociales y morales, y se
preocupa por la satisfacción a largo plazo y 3. El “superyó” representa la
parte moral y ética de la personalidad, que se basa en los valores y normas
aprendidos durante la infancia. El “superyó” actúa como una especie de
conciencia y se encarga de juzgar las acciones del “yo” en función de la
moralidad y la ética. En resumen, la teoría del “ello, el yo y el superyó” de
Freud propone que la personalidad humana está compuesta por tres componentes
que interactúan entre sí para conformar los comportamiento y acciones.
Así mismo, este psicoanalista consideraba que la autoestima
estaba estrechamente relacionada con el “yo” y la identidad personal. En su
opinión, el yo es una construcción psicológica que se forma a partir de la
experiencia de ser un individuo separado y único. Por lo tanto, la autoestima
es importante para la salud mental y la felicidad de una persona; ya que,
influye en cómo se siente acerca de sí misma y cómo se relaciona con los demás.
En
segundo lugar, Rogers (1967), fundador de la psicología humanista y quien
define la autoestima como las percepciones que refiere el sujeto de sí mismo
basadas en su experiencia y en la percepción que tiene de sus capacidades y
limitaciones; de igual modo, señala que está vinculada a la autodescripción
y autopercepción. Para este psicólogo, la autoestima se construye a lo largo de
la vida y puede ser influenciada por factores externos, como la opinión de los
demás o los estereotipos sociales. Sin embargo, consideraba que cada persona
tiene una tendencia innata a buscar su propio crecimiento y desarrollo, lo que
él llamó “tendencia actualizante”. Esta tendencia se
ve afectada por la autoestima; ya que, una persona con una alta autoestima
tendrá más confianza en sí misma y en sus capacidades, lo que le permitirá
explorar nuevas experiencias y oportunidades.
Y en
tercer lugar, la de Coopersmith (1976) quien tiene
una visión más general, su estudió e indagación se centró en el estado más
común, dominante y visto en el individuó referido a su autoestima. El autor
manifiesta que cuando el individuó se da cuenta que es una identidad separada y
totalmente distinta del medio ambiente en el cual se encuentra establecido,
formulará su propio concepto sobre sí mismo. En otras palabras, el sujeto debe
de formular y preguntarse cuánto es que vale y significa por sí mismo, de igual
manera aceptarse tal y
como se
percibe, sin ser determinado por sus interacciones sociales o experiencias
vividas. Una vez que el sujeto haya establecido su autoconcepto,
estará listo para determinar si está o no complacido o contento con lo que ve,
percibe y siente de sí mismo.
Coopersmith (1976)
menciona que, para poder realizar una abstracción por sí mismo, la persona debe
de auto descubrirse, autoexplorarse y auto
desarrollarse, de forma que cada sujeto se conozca completamente. Una
abstracción donde se reconozca y establezca sus capacidades, habilidades,
aptitudes y actitudes, de manera positiva. Esta abstracción, se forma y se
elabora a través de las interacciones sociales, el autoconcepto
y sus habilidades para solucionar problemas relacionados con su desarrollo y su
capacidad para hacer frente a situaciones de la vida diaria y que los aspectos
positivos o agradables sean tomados o elegidos, para asumir unas posturas
personales.
En este mismo orden de ideas, Coopersmith
(1995) manifiesta que, la formación de la autoestima se da cuando el sujeto
empieza a considerar a su cuerpo como un absoluto, desde los 1 a 2 años de su
nacimiento, después de este tiempo se espera que la persona pueda elaborar un
pensamiento sobre sí mismo, a través de las observaciones e indagaciones sobre
su cuerpo, sobre las personas y ambiente que lo rodea, el sujeto aprendería a
diferenciarse de los demás, que tiene una particularidades propias. Después de
esto y una vez que el sujeto haya llegado a la edad aproximada de 3 a 5 años,
se mostrará de carácter egocéntrico, debido al pensamiento de que todo el mundo
gira en torno a él, a sus necesidades y deseos, donde pone en desarrollo el
concepto de propiedad y autoestima.
Luego a
la edad de 6 años aproximadamente, el sujeto iniciará su experiencia educativa
y la integración con otros sujetos casi igual a él, donde tendrá que adaptarse
y reconocer que no solo él tiene necesidades y deseos por satisfacer. A la edad
de 8 y 9 años, será hora de que el sujeto cree y manifieste su propio nivel de
autovaloración o autoapreciación de manera positiva,
esperando que la conserve de esta manera a través del tiempo, circunstancias y
problemáticas. Durante todo este proceso hay un papel crucial y fundamental,
que es el de los padres, quienes cultivan y ayudan en el desarrollo de la
autoestima de sus hijos, estableciendo normas, reglas, respeto, valores, entre
otros.
A lo
largo de la vida las personas desarrollan o cultivan su autoestima, esta puede
ir cambiando de una etapa a otra. Al respecto, Coopersmith
(1990) establece tres tipos o niveles de autoestima, los cuales son:
1.
Autoestima alta, propia de sujetos asertivos, expresivos, con logros sociales y
académicos, confiando siempre en sí mismos, en su percepción y queriendo
siempre alcanzar el éxito mantienen y esperan altas expectativas en todas las
áreas de su vida; 2. Autoestima media: son personas expresivas aunque dependen
más
de la
aceptación social, tienen pensamientos positivos pero son más moderados en
torno a sus expectativas, competencias y cualidades que el nivel anterior. Y 3.
Autoestima baja, son individuos que frecuentemente se muestran deprimidos,
desanimados, aisladas, creen no tener ningún tipo de atractivo o cualidad, se
sienten incapaz de poder expresar sus necesidades y de defenderse, viven con el
miedo de provocar enfado o decepción a los demás, su posición ante sí mismos es
negativa.
Estos niveles construyen un informe o idea de cómo es que el
sujeto se siente consigo mismo, si se acepta tal y como es o se rechaza. Además
de los niveles, también están de dimensiones. Al respecto, Coopersmith
(1995) propone 4, las cuales fueron tratadas en su Inventario de Autoestima: 1.
Autoestima en el área personal: Radica en la evaluación de la imagen corporal y
cualidades personales. 2. Autoestima en el área académica: orientada a la
valoración sobre el desempeño en el ámbito educativo, donde se tiene en cuenta
su capacidad, productividad, importancia, valor y dignidad; 3. Autoestima en el
área familiar: Reside en la estimación se hace en relación con la interacción e
integración con su grupo familiar; y 4. Autoestima en el área social orientada
hacia la apreciación que se tiene en torno a la interacción social. Todas estas
dimensiones se hacen a nivel personal; en consecuencia, llevan a un juicio
implícito personal que se manifiesta en las actitudes asumidas hacia sí mismo.
Por tal
motivo y teniendo en cuenta investigaciones anteriores, donde se devela una
realidad preocupante en torno a este hecho; se realizó esta investigación sobre
la dependencia emocional y autoestima en estudiantes universitarios de la
carrera de psicología de la Universidad Adventista de Bolivia en el año 2022,
con la finalidad de saber si existe una asociación entre las variables
dependencia emocional y autoestima, de esta manera también conocer la situación
actual de los estudiantes en ambos aspectos.
En este
sentido, el presente estudio tuvo como propósito describir la relación entre la
dependencia emocional y la autoestima en estudiantes de la carrera de
Psicología de la Universidad Adventista de Bolivia, en la gestión 2022. Lo
cual, permitió obtener resultados sobre el nivel de autoestima, así también
como el grado de dependencia emocional en los estudiantes, cada producto
obtenido fue detallado conforme avanzó la investigación de ambas variables,
beneficiando no solo a los estudiantes, sino también a a
los docentes y a toda la institución en general, que a partir de los
resultados, la comunidad educativa podrán darse cuenta por ellos mismo la
importancia sobre el amor propio y respeto hacia sí mismo y la manera saludable
de vincularse en las relaciones de pareja.
Puesto que esta problemática
impacta de gran manera en la vida de los estudiantes, debido a sus
consecuencias físicas y psicológicas como: la depresión o baja autoestima y
desórdenes sociales, ya sea la delincuencia o consumo de sustancias tóxicas y
alteraciones sexuales reproductivas. De igual manera, impacta en la vida
profesional universitaria puesto que disminuyen la calidad de sus trabajos y de
su rendimiento académico, desaprobando asignaturas y en algunos casos hasta el
abandono de la universidad.
De allí, el interés de realizar la presente investigación en
estudiantes de la Universidad Adventista de Bolivia, especialmente en la
carrera de Psicología, debido a que, como futuros profesionales velaren el
desarrollo del bienestar físico, psicológico, sexual y social de las personas,
entendiendo que para ello deben lograr un adecuado equilibrio corporal y
mental. Además, con los resultados obtenidos se pretende a futuro sensibilizar
a las autoridades universitarias, para que se presenten estrategias que
beneficien a los estudiantes, como el inicio de programas de prevención en
torno al tema estudiado.
MÉTODO
Este estudio se desarrolló bajo el paradigma cuantitativo, asumida
como aquellas investigaciones destinadas a la recolección de datos numéricos
para la medición de variables y posterior análisis estadístico con la intención
de establecer patrones de comportamiento y probar teoría, con diseño no
experimental; ya que, no se tiene control de las variables y tipología: 1. correlacional porque busca establecer la asociación
existente entre dos o más conceptos o variables en un contexto en particular y
2. Descriptiva porque ofrece información detallada del contexto en relación al
tema estudiado. (Hernández, Fernández y Baptista; 2014).
La
población estuvo conformada por 105 estudiantes de la carrera de Psicología de
la Universidad Adventista de Bolivia, la cual se encuentra en el Municipio de Vinto del departamento de Cochabamba, gestión 2022 de los
cuales se seleccionaron para muestra 67 estudiantes, los criterios de selección
fueron 1: Estudiantes con edad comprendida entre 18 y 25 años; 2. que tuvieran o hayan tenido una relación de pareja
incluyendo enamoramiento o noviazgo y 3. Accedieron a participar de manera
voluntaria.
La
recolección de la información fue la encuesta tipo cuestionario y el
instrumento cuestionario; para Hernández, Fernández y Baptista (2008) los
cuestionarios consisten en una serie de preguntas abiertas y/o cerradas
respecto de una o más variables a medir y son probablemente el instrumento más
utilizado para recolectar datos, el mismo, es de Dependencia Emocional (CDE) de
Lemos y Londoño (2006) y Inventario de Autoestima
Stanley Coopersmith
(1959) conocido como SEI, para agilizar la conducción y accesibilidad a ambos
instrumentos, se digitalizaron utilizando la herramienta de Google Forms y se facilitó el link a los estudiantes 67 estudiantes
que conformaron la muestra. Una vez se recolectó la información se procedió a
su procesamiento; para ello, se emplearon los programas SPSS y Microsoft Office
Excel; lo que permitió el desarrollo de tablas y gráficos para su posterior
análisis.
RESULTADOS
Existen en la actualidad diversas pruebas que evalúan la de
Dependencia emocional, entre las que destaca el CDE creado por Lemos y Londoño
(2006) sobre la base teórica del Modelo de la Terapia Cognitiva de Freemann y Renecke (1995) tomando
en cuenta el perfil cognitivo o perfil distintivo que le es propio y específico
a sujetos con dependencia emocional, donde consideran características
psicológicas en función de la opinión que la persona tiene de sí mismos y de
los otros, la identificación de los estímulos que le son particularmente
amenazantes y las estrategias interpersonales. Es un instrumento que permite
medir la dependencia emocional, que además de sus funciones, tiene indicadores
observables en la práctica diaria del terapeuta, observando consistentemente su
relevancia y relación con temas actuales de la salud mental; tales como, la
depresión, la ansiedad, parejas disfuncionales y problemas psicosociales como
la violencia en pareja.
Para ello, está estructurado en función de cuatro dimensiones:
1. Concepto de sí mismo; creencias sobre lo que es, piensa o como se describe a
nivel cognitivo, emocional y social una persona, 2. Concepto de otros;
creencias sobre lo que se piensa que es, a nivel cognitivo, emocional y social,
3. Amenazas; situaciones o eventos que generan estados emocionales
perturbadores para el sujeto y 4. Estrategias interpersonales: como los
diversos tipos de personalidad se relacionan y actúan con otras personas y el
modo de cómo utilizan el espacio interpersonal. Sus ítems se basan en 6
factores, denominados: 1.Ansiedad de separación, 2. Expresión afectiva, 3.
Modificación de planes, 4. Miedo a la soledad, 5. Expresión límite y por último
el factor 6. Búsqueda de atención. Dicho instrumento, se aplicó a la población
objeto de estudio y los resultados se expresan en la tabla 1.
Tabla 1. Nivel de dependencia
emocional general y por género
|
Estudiantes (general) |
Genero |
|||||
Variable |
Escala |
Hombres |
|
Mujeres |
|||
|
|
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
|
Dependencia leve |
30 |
45% |
6 |
33% |
15 |
31% |
|
Dependencia normal |
21 |
31% |
6 |
33% |
24 |
49% |
Dependencia Emocional |
Dependencia significativa |
16 |
24% |
6 |
33% |
10 |
20% |
|
Dependencia grave |
0 |
0% |
0 |
0% |
0 |
0% |
|
Total |
67 |
100% |
18 |
100% |
49 |
100% |
Fuente: Elaboración propia (2023)
En la tabla 1 se observa que del grupo total
de 67 estudiantes el 24% de los participantes
de la muestra presentan una dependencia
significativa; estos estudiantes manifiestan una serie de comportamientos o características que pueden llegar a ser negativos y adictivos en sus relaciones de pareja, llegando a desarrollar conductas de necesidad, de aprobación, de expresión, de atención emocional
a lo largo de sus relaciones de pareja y la mayor parte del tiempo que estas relaciones
duren. Seguido por un nivel de dependencia normal;
si bien el título
puede decir “dependencia normal” es muy probable
que el 31% de los estudiantes
presente un nivel de dependencia significativa, pero en determinadas áreas o dimensiones de la dependencia emocional leve; se puede conjeturar que el 45% de los estudiantes
cuentan con un mayor autoaprecio y
autovaloración en cuento a ellos mismos, lo cual significa que su nivel de autoestima se encuentra moderadamente alta y no presentaría, en su mayoría,
características de la dependencia emocional.
En ese sentido,
al dividirlos por género se observa en la tabla
1 que, los participantes
masculinos de la muestra presentan
tres tipos de dependencia; la leve, normal y significativa, donde todos los participantes muestran un mismo porcentaje de dependencia con un 33%, a
diferencia de los porcentajes de dependencia
que presentan las participantes del género
femenino. Esto se podría deber
a que los participantes masculinos, son representados en menor
cantidad que las participantes mujeres, de igual manera, con la igual secuencia de los
porcentajes se podría
presumir que los hombres
son menos propensos a sufrir
algún tipo de
nivel en
general de dependencia emocional. Pero, sí podrían tener porcentajes
significativos y diferentes en algunas áreas de la dependencia emocional.
Del mismo modo, las féminas presentan tres tipos de dependencia:
leve, normal y significativa, pero el mayor porcentaje que alcanza la muestra
es de 49% de dependencia normal; como se mencionó anteriormente, si bien el
título puede decir “dependencia normal” es muy probable que las estudiantes
presenten un nivel de dependencia significativa, pero en determinadas áreas o
dimensiones de la dependencia emocional. Finalmente, las participantes
presentan un nivel de dependencia leve con un 31% y presentan un nivel de
dependencia significativa con un 20%, lo que representa que, estas estudiantes
presentan una serie de comportamientos o características que pueden llegar a
ser negativas y adictivas en sus relaciones de pareja, llegando a desarrollar
conductas de necesidad, de aprobación, de expresión,
de atención emocional a lo largo de sus relaciones de pareja y la mayor parte
del tiempo que estas relaciones duren.
Por consiguiente,
en torno al instrumento propuesto por el autor denominado SEI y desarrollado en
1959 es un es un test de personalidad de composición verbal, impresa,
homogénea, de potencia y estandarizado; con el cual, se puede administrar de
forma colectiva o individual a personas de 16 años en adelante, con una
duración de aproximadamente 15 minutos y un total de 25 preguntas con dos
opciones de respuesta que son verdadero o falso según los criterios; cuenta,
además con una confiabilidad del 0.78 y 0.92. La finalidad u objetivo del test
es valorar la apreciación de sí mismo en diferentes áreas como: personal,
social y familiar en función de la experiencia. Este instrumento fue el
aplicado en este estudio y los resultados se exponen en la tabla 2.
Tabla
2. Nivel de autoestima general y por género
|
Estudiantes (general) |
Genero |
|||||
Variable |
Escala |
Hombres |
|
Mujeres |
|||
|
|
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
|
Alta autoestima |
16 |
24% |
4 |
22% |
12 |
24% |
|
Media alta autoestima |
27 |
40% |
9 |
50% |
18 |
37% |
Dependencia Emocional |
Media baja autoestima |
18 |
27% |
4 |
22% |
14 |
29% |
|
Baja autoestima |
6 |
9% |
1 |
9% |
5 |
10% |
|
Total |
67 |
100% |
18 |
100% |
49 |
100% |
Fuente:
Elaboración Propia (2023)
n tabla 2 se evidencia que en el grupo general el mayor índice
de autoestima que se presenta en los estudiantes es de un 40% de media alta
autoestima; que se caracteriza por pensamientos y sentimientos positivos hacia
uno mismo, la mayor parte del tiempo, en sentirse capaz y valiosa o valioso,
pero que casi siempre dependen de la opinión o la aceptación de los demás y si
son negativos, pueden hacerlos sentir menos de lo que valen, bajando así su
autoestima y si son positivos y toman los comentarios negativos en cosas que
pueden mejorar en sus vidas llegaron a alcanzar una autoestima alta. De esta
manera se observa que un 24% de los participantes presenta una autoestima alta;
se caracteriza por ser una autoestima saludable, confiados en sí mismos y
queriendo siempre alcanzar el éxito con metas realistas y concretas, que
mantienen y esperan altas expectativas en todas las áreas de su vida ya que se
respetan y se sientes orgullosos de sí mismo. Para finalizar se observa que un
27% de los estudiantes presenta una autoestima media baja de autoestima;
caracterizado por la infravaloración y el autosaboteo,
en pensar y decir que no podrán lograr aquello que se propongan, con miedo e
indecisión, buscando siempre el apoyo de otra persona, en síntesis se valorar
de forma negativa, por último con un 9% se presentan estudiantes con un baja
autoestima; caracterizados por ser deprimidos, desanimados, aislados, creen no
tener ningún tipo de atractivo o cualidad, incapaces de poder expresar sus
necesidades y de defenderse, carecen de habilidades para poder defenderse
incluso si tienen la razón.
Así
mismo, al dividirlo por género, se observa que los participantes masculinos,
presentan los 4 niveles de autoestima, el mayor nivel de porcentaje de
autoestima es el de media alta autoestima con un 50% lo que significa que la
mitad de los varones se caracterizan por tener pensamientos y sentimientos
positivos hacia sí mismos, la mayor parte del tiempo, en sentirse capaces y
valiosos, pero que casi siempre dependen de la opinión y la aceptación de las
demás personas en diferentes áreas de su vida, lo cual indica que la mitad de
los hombres son propensos a tener una baja autoestima. Y el 22% de los
participantes masculinos presenta una autoestima alta; lo que quiere decir que
se caracterizan por tener una autoestima saludable, confiados en sí mismos y
queriendo siempre alcanzar el éxito con metas realistas y concretas, que
mantienen y esperan altas expectativas en todas las áreas de su vida; ya que,
se respetan y se sienten orgullosos de sí mismo. Por último, se observa una
baja autoestima con un porcentaje del 9%, lo que significa que son sujetos
deprimidos, desanimados, aislados, que creen no tener ningún tipo de atractivo
o cualidad, incapaces de poder expresar sus necesidades y de defenderse,
carecen de habilidades para poder defenderse incluso si tienen la razón,
seguidamente se observa que un 22% presenta una media baja de autoestima;
donde se
caracterizan por la infravaloración y el autosaboteo,
en pensar y decir que no podrán lograr aquello que se propongan, con miedo e
indecisión, buscando siempre el apoyo de otra persona, en síntesis se valoran
de forma negativa.
Del mismo modo, se evidencia que hay féminas en los cuatro
niveles de autoestima, donde el mayor nivel de porcentaje de autoestima es la
de media alta con un 37% lo que representa la mayor parte de las mujeres, al
igual que los hombres, se caracterizan por tener pensamientos y sentimientos
positivos hacia sí mismo, la mayor parte del tiempo, en sentirse capaces y
valiosas, pero que casi siempre dependen de la opinión y la aceptación de las
demás personas en diferentes áreas de su vida, lo cual indica que la mayor
parte de las mujeres son propensas a tener una baja autoestima. Y el 24% de las
participantes femeninas presentan una autoestima alta; lo que evidencia que se
caracterizan por tener una autoestima saludable, confiadas en sí mismas y
queriendo siempre alcanzar el éxito con metas realistas y concretas, que
mantienen y esperan altas expectativas en todas las áreas de su vida ya que se
respetan y se sientes orgullosas de sí mismas. Por último, se observa una baja
autoestima con un porcentaje del 10%, lo que demuestra que las mujeres se
caracterizan por ser deprimidas, desanimadas, aisladas, que creen no tener
ningún tipo de atractivo o cualidad, incapaces de poder expresar sus
necesidades y de defenderse o de simplemente disfrutar la vida, seguidamente se
observa que un 29% presenta una autoestima media baja, mujeres que se
caracterizan por la infravaloración y el autosaboteo,
al igual que los estudiantes masculinos son propensas a pensar y decir que no
podrán lograr lo que proponen, porque tienen miedo e indecisión y están siempre
buscando el apoyo de otra persona, en resumen se valoran de manera negativa.
Una vez obtenido los resultados generales de las dos variables
de estudio se cotejaron para verificar la incidencia en dependencia emocional y
la autoestima, lo cual se expone en el gráfico 3.
Gráfico 3. Incidencia de la
Dependencia emocional en la autoestima
Fuente: Elaboración Propia (2023)
En el gráfico
3 se evidencia que existe una relación negativa entre
la dependencia emocional y la autoestima, por tanto, a mayor
dependencia emocional, menor
nivel de autoestima y mientras menos dependencia
emocional, mejor autoestima.
DISCUSIÓN
En torno a la dependencia emocional es un tema de suma importancia que afecta a muchas
personas en la actualidad. Este patrón
puede ser muy perjudicial para la salud
mental; ya que impide
el desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismo;
lo que, a su vez, puede afectar negativamente las relaciones
interpersonales. Este tipo de dependencia se caracteriza por la necesidad de la aprobación
constante de otra persona,
la falta de capacidad
para tomar decisiones importantes sin la
ayuda de otra persona, y la tendencia
a poner las necesidades y deseos de los demás por
encima de los propios. Es oportuno tener en
cuenta que la dependencia emocional puede estar relacionada con experiencias
traumáticas en el pasado. Diversos autores han abordado esta temática. En el caso de Kant, consideraba que esta dependencia puede ser vista como una forma
de inmadurez, ya que
implica la renuncia a la propia autonomía y a la responsabilidad personal. En otras palabras,
el filósofo consideraba que las personas debían ser capaces de tomar decisiones por sí mismas y no depender emocionalmente de otras.
Al respecto, autores
como Castelló (2005) y
Lemos y Londoño (2006) han encontrado
que la
dependencia emocional puede tener graves consecuencias para la salud mental y
emocional de una persona; ya que, puede llevar al sujeto a sentirse atrapado en
una relación, lo que puede generar ansiedad, depresión y baja autoestima. Es
importante destacar que estos autores no cuestionan la importancia de las
relaciones interpersonales, sino que señalan la necesidad de mantener un
equilibrio entre la dependencia y la autonomía emocional. En definitiva, la
dependencia emocional es un tema que ha sido abordado desde diferentes
perspectivas. Mientras que para Kant puede ser vista como una forma de
inmadurez, otros autores han encontrado que puede tener graves consecuencias
para la salud mental y emocional de una persona.
En relación a la autoestima es la valoración que una persona
tiene de sí misma. Sigmund Freud, Rogers (1967) y Coopersmith
(1976) han estudiado este tema y han encontrado que la autoestima puede ser
influenciada por factores como la infancia, las relaciones con los padres y la
aceptación social. Este, es un aspecto fundamental en la vida de cualquier
persona. Se trata de la percepción que se tiene de sí mismo y de la capacidad
para enfrentar los desafíos de la cotidianidad. En este sentido, es importante
destacar que la autoestima puede ser influenciada por diferentes factores a lo
largo de la vida.
La autoestima y la dependencia emocional son dos conceptos que
están estrechamente relacionados, en el caso de este estudio se evidenció que
existe una relación negativa entre la dependencia emocional y la autoestima, lo
que significa que a menor dependencia emocional, mayor nivel de autoestima. Es
importante destacar que cuando una persona tiene una baja autoestima, es común
que busque en otros la validación y el reconocimiento que no se da a sí misma.
Esto puede llevar a una dependencia emocional en búsqueda de sentirse bien o
amada. Mientras que, una persona con una autoestima saludable tiende a ser más
independiente emocionalmente; ya que, confía en sí misma y no necesita de otros
para sentirse en bienestar. Asimismo, es oportuno destacar, que lo anterior
significa que no busquen relaciones significativas, sino que estas relaciones
se basan en la elección y no en la necesidad.
En este
sentido, es importante desarrollar desde las instituciones educativas
universitarias estrategias o programas que permitan trabajar la autoestima de
los estudiantes para evitar caigan en la dependencia emocional y problemas de
autovaloración. Esto se puede lograr a través de estrategias que propicien la
reflexión, el autoconocimiento y la aceptación de sí mismo. El inventario de
autoestima de Coopersmith (1959) y el cuestionario de
dependencia emocional de Lemos y Londoño (2006) han demostrado ser herramientas
de mucha utilidad para medir las variables estudiadas y en función de los
resultados trabajarlas.
CONCLUSIONES
De acuerdo a la revisión documental y los resultados obtenidos
de los instrumentos aplicados se concluye que en los estudiantes de carrera
Psicología de la Universidad Adventista de Bolivia, en la gestión 2022 existía
una relación negativa entre la dependencia emocional y la autoestima; ya que el
mayor número de estudiantes se encuentra en dependencia emocional hacia su
pareja en los niveles leves, normales y significativo y en autoestima en la
escala media alta, media baja y baja autoestima; lo que, evidenció que a mayor
dependencia emocional, menor nivel de autoestima. Entendiendo que es una
problemática que afecta la vida estos futuros profesionales en Psicología y
considerando sus consecuencias físicas y psicológicas se sugiere desde el ámbito
académico el desarrollo de actividades o programas propicien la valoración al
desarrollo del bienestar físico, psicológico, sexual y social de las personas,
en pro de una buena autoestima y relaciones de parejas saludables.
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